El Partido Popular de Feijóo sigue teniendo un dilema por resolver. Y como todo dilema, ni es fácil ni el desenlace sale gratis. Vox es su solución a la gobernabilidad y Vox es su problema para la gobernabilidad. Por eso a veces encontramos a un líder popular que intenta mantenerse en dos orillas que cada vez están más alejadas. El riesgo que asume es que el río, embravecido y poco dado a los matices, se lo trague. Ese soplar y sorber se ha evidenciado ante las barbaridades dialécticas de su socio de la ultraderecha, que intenta subir su popularidad tras el batacazo electoral cogiendo por los cuernos el toro de esa España macha que combate en nosequé guerra cultural e ideológica que se ha debido declarar nosecuando. Por si alguien se ha perdido algún capítulo, al parecer España es una dictadura.

A Feijóo le pasó factura la ubicuidad en la que quiere instalarse durante el asedio violento de las sedes del PSOE y le ha vuelto a pasar cuando Abascal ha traído al imaginario colectivo la idea de un Sánchez colgado por los pies como Mussolini. En ambas ocasiones ha condenado la violencia (física en el primer caso, política en el segundo) para añadir un pero, varios peros y acabar por meter en el saco de la condena al propio Partido Socialista como iniciador o responsable. Que Abascal lo ha hecho mal, pero el PSOE es el origen de los males. Lo condeno, pero. Te quiero, pero. Estuvo mal, pero. En las bifurcaciones, lamentablemente para el actual PP, solo se puede tomar un camino, a menos que quieras estamparte contra el árbol de en medio. En el debate del Congreso sobre la amnistía este martes le dieron respuesta desde la ultraderecha por blando. El día anterior, desde la izquierda, por duro.

QOSHE - Lo condeno, pero - Raquel Ejerique
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Lo condeno, pero

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13.12.2023

El Partido Popular de Feijóo sigue teniendo un dilema por resolver. Y como todo dilema, ni es fácil ni el desenlace sale gratis. Vox es su solución a la gobernabilidad y Vox es su problema para la gobernabilidad. Por eso a veces encontramos a un líder popular que intenta mantenerse en dos orillas que cada vez están más alejadas. El riesgo que asume es que el río, embravecido y poco dado a los matices, se lo trague. Ese soplar........

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