La última ocurrencia de Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, es un episodio más del discurso liberal para deslegitimar la política fiscal y que el ciudadano, el trabajador, sienta que el Estado mete la mano en su bolsillo y le roba lo que es suyo. En un encuentro sobre comercio, el líder de la patronal sugirió que las empresas deberían poder pagar a cada uno de los trabajadores el coste salarial real total (incluyendo las cotizaciones que pagan las empresas y las que abonan los propios empleados y que se detraen del salario bruto para dar lugar a la nómina que ingresamos cada mes) y que luego cada uno organice sus relaciones con la Seguridad Social. Y añadió: “Esa sería la forma en la que se vería el coste real de los salarios en España”.

Los trabajadores ya saben cuánto aportan a la Seguridad Social si se molestan en mirar su nómina: en ella se reflejan obligatoriamente la parte que ingresa el empleador con la cuota patronal y la cotización del trabajador, la llamada cuota obrera. Esta suma está en sintonía con lo que sucede en el resto de los países de la Unión Europea (la cuota patronal es un poco más alta y la del trabajador un poco más baja que la media) y forma parte de lo que todos los ciudadanos aportamos a la hucha común a través de tres vías: trabajo, consumo y capital. Estos conceptos deberían ser familiares hasta para los niños, al menos los que viven en sociedades democráticas igualitarias que desean mantener niveles mínimos de bienestar general. Pero parece que no lo son y hay que volver a explicar que los impuestos sirven para dos cosas. Para financiar gastos públicos (sociales, infraestructuras, defensa…) y para redistribuir la riqueza: cada ciudadano contribuye según su capacidad y recibe según su necesidad. El Estado garantiza nuestros derechos y libertades individuales y los ciudadanos suscribimos un pacto social que se traduce en la existencia de servicios públicos para todos que sostenemos entre todos, sin dejar a ningún ciudadano desasistido de lo más básico y sin encarar la pobreza o la carencia desde la caridad o la beneficencia.

QOSHE - En defensa de los impuestos - Raquel Marcos Oliva
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En defensa de los impuestos

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16.04.2024

La última ocurrencia de Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, es un episodio más del discurso liberal para deslegitimar la política fiscal y que el ciudadano, el trabajador, sienta que el Estado mete la mano en su bolsillo y le roba lo que es suyo. En un encuentro sobre comercio, el líder de la patronal sugirió que las empresas deberían poder pagar a cada uno de los trabajadores el coste salarial real total (incluyendo las cotizaciones que pagan las empresas y las que abonan los propios empleados y que se detraen del........

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