Desde el inicio de este siglo los datos económicos no están siendo muy favorables para la economía española. Su renta por habitante no solo sigue siendo inferior al promedio de la Unión Europea, sino que ha retrocedido e incluso se ha visto superada por alguno de los países incorporados recientemente a la UE. Otro tanto ha ocurrido con la productividad, donde España también se ha rezagado a lo largo de estos años.

En los últimos cinco años la renta española por habitante ha retrocedido respecto a la de los ocho países europeos de mayor renta, y la productividad sigue estancada y muy por debajo de esos ocho países. Y así seguirá ocurriendo pues la economía española no cesa de tercerizarse y con ello abundan cada vez más los bajos salarios y los empleos inestables. La hostelería es una buena muestra de ello.

En 2023 la productividad laboral real por persona en España bajó un 0,7 interanual, lo que también sucedió en el conjunto de la UE, donde experimentó un descenso del 0,8% después de dos años de crecimiento. En el ejercicio de 2023, la productividad por empleado dentro de la UE ha crecido en Rumanía, Portugal, Grecia, Chipre, Bulgaria, Eslovaquia, Serbia, Bélgica, Eslovenia y Dinamarca, pero no en los países más grandes como Alemania, Francia, Italia o España

Pero, ¿Qué ha pasado en la política? Vayamos a lo que ha publicado el Círculo Cívico de Opinión a este respecto:

La reducción de la jornada laboral, según el Servicio de estudios del BBVA, afectará a ocho millones de asalariados, elevará un 1% los costes laborales por unidad de producto y se traducirá en una reducción de seis décimas en el crecimiento del PIB y de ocho décimas en la creación de empleo durante cada uno de los dos próximos años.

Conviene siempre recordar que la presión fiscal en España tiene dos dimensiones: su rápido crecimiento y su distribución. Según la OCDE, España es uno de los países donde más intensamente ha crecido la presión fiscal entre 2010 y 2022. Eso explica que entre 2019 y 2023 los ingresos tributarios hayan crecido al doble ritmo que el PIB.

Por otro lado, los acuerdos con los separatistas catalanes anuncian privilegios para Cataluña, con las consiguientes protestas de las comunidades de régimen común, como Madrid, Valencia o Andalucía.

En conclusión, los pactos suscritos para la investidura del actual presidente del Gobierno están muy alejados de las que necesitaría la economía española para recuperar una senda firme de crecimiento estable a largo plazo, que la encamine a la convergencia con Europa.

También está por realizar un mayor esfuerzo económico en defensa. Un recordatorio: la crisis de 2008 repercutió en una bajada del gasto en defensa, que en países como España se deslizó por debajo del 1% del PIB. Ahora descubrimos que recuperar el esfuerzo en defensa lleva tiempo y unos recursos de los que ahora tampoco disponemos. La UE está todavía muy al principio de un camino que la tiene que llevar a disponer de una industria europea de defensa propiamente dicha.

QOSHE - ¿Hacia dónde vamos? - Joaquín Leguina
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¿Hacia dónde vamos?

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26.03.2024

Desde el inicio de este siglo los datos económicos no están siendo muy favorables para la economía española. Su renta por habitante no solo sigue siendo inferior al promedio de la Unión Europea, sino que ha retrocedido e incluso se ha visto superada por alguno de los países incorporados recientemente a la UE. Otro tanto ha ocurrido con la productividad, donde España también se ha rezagado a lo largo de estos años.

En los últimos cinco años la renta española por habitante ha retrocedido respecto a la de los ocho países europeos de mayor renta, y la productividad sigue estancada y muy por debajo de esos ocho países. Y así seguirá ocurriendo pues la economía española no cesa de tercerizarse y con ello abundan cada vez más los bajos salarios y los empleos........

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