Contrastes de la Villa Vieja
En los lejanos años de la infancia, la Villa Vieja era como una acrópolis colonial. Se alzaba al sur, sobre suaves escarpes, al otro lado de la frontera natural que entonces era el río. Con el frío sol de invierno se recortaba bajo el lugar donde el cielo concentraba la claridad de recreados mediodías. A espaldas de los cúbicos volúmenes del hotel Anglo y del Término, detrás de azoteas que parecían altas, donde las blancas sábanas luchaban contra ponientes y levantes alternos, se asomaban torres y miradores, tan foráneos como las copas de unas araucarias plantadas por manos extranjeras.
Era una ciudad apartada de la ciudad a la que se llegaba cruzando unos puentes y un cauce que tenían........
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