04/12/2023 | 10:11

Como todo el mundo sabe a los mercados los carga Lucifer, y como tal, lo hace a su manera, esto es, diabólicamente.

Las perspectivas de los expertos para 2023 dibujaban un mal escenario (cito mi artículo de 10 de diciembre de 2022, asenso de los analistas): "los mercados antepondrán un "menos" a sus porcentajes diferenciales de los que, en principio, sólo escapa el Íbex con un nimio avance, y significando que en el primer trimestre se podrá tocar fondo para mejorar durante el resto del ejercicio, unas bolsas tremendamente volátiles que invitarán a que el pequeño inversor se excuse e incidiendo en que habrá oportunidades de compra ante el vaivén de los precios".

Pues bien, escalando el duodécimo peldaño del ejercicio el consenso que lanzaron los expertos ha fallado. Con la excepción del tercer trimestre en el que los índices se negativizaron, el resto del año ofrece saldos positivos culminados con un espectacular noviembre, botín conseguido en un terreno minado con más conflictos bélicos, mantenimiento de la inflación aún en proceso reductivo, vaivenes en los tipos e indefinición en la política de los bancos centrales, con un corolario que deja a las bolsas más destacadas con ganancias que rondan el 8% con sonadas excepciones para el Eurostoxx (+15%) y para el Íbex, ¡+22%!

Analistas y otros expertos deberían hacer examen de conciencia sin dejarse llevar por el "efecto Chicote", sí, ese señor que de cara a la galería ayuda a que algunos restaurantes salgan a flote pero en la realidad, sin hacer públicos los resultados, consigue que cierren. Los profesionales del sector - creo - mejorarían su imagen si presentaran la comparativa entre sus previsiones y la realidad, generando una confianza que muchas personas pueden poner en duda.

Como dijo el sabio, si gustas a las personas, te escucharán, pero si confían en ti harán negocios contigo.

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