¿Qué piden los agricultores y ganaderos? Pues yo lo resumo en dos palabras (y no es broma): «amor» y «solidaridad». Insisto en que no es broma. Lo explico. Dentro del «amor» incluyo el que se reconozca su trabajo, porque muchas veces se sienten minusvalorados por parte de la Comisión Europea, del Gobierno Central y de la propia sociedad; en resumen, que se cuente con ellos. Y, después de lo anterior, llega la «solidaridad»: que se solucionen sus problemas, que son muchos, muy variados y que, en algunos casos, están provocados por las propias Administraciones, como la carga burocrática. Y es que no puede ser que hoy por hoy tengan que dedicar la mitad de su tiempo a la actividad agraria propiamente dicha y la otra mitad al papeleo. Lo resumía de forma muy gráfica una de las pancartas que he visto estos días y que decía así: «soy agricultor, no ingeniero informático». Y con toda la razón del mundo.

Puede que alguno esté pensando en que la solidaridad va de lo de siempre, que piden más dinero y más ayudas. Y no es así necesariamente. Los manifestantes deben centrar el tiro y explicar sus reivindicaciones de forma clara para que las podamos entender. Pongo dos ejemplos. El primero se refiere al cuaderno digital, que será obligatorio en España para una parte de las explotaciones a partir de este año. Resulta que, salvo error por mi parte, nuestro país es el único Estado miembro de la UE que obliga a este instrumento, que se traduce en más carga burocrática, en 2024. ¿Por qué? Habría que preguntárselo a Luis Planas «el desaparecido». Pues bien, una de esas reivindicaciones concretas podría ser que se aplace la entrada en vigor del dichoso cuaderno. Se trata de una medida que no cuesta un solo euro a las arcas publicas y, lo que es más importante, el Gobierno puede adoptar de un día para otro. Lo mismo que impuso el cuaderno lo quita. Segundo ejemplo: España, porque así lo quiso Teresa Ribera, con Luis Planas mirando para otro lado, decidió aumentar la protección al lobo; lo impuso mediante una orden ministerial en septiembre de 2021. Pues bien, lo mismo que se adoptó esa medida, ahora se puede dar marcha atrás y volver a la situación anterior. Tampoco cuesta dinero y el Gobierno lo puede hacer prácticamente de un día para otro.

Es necesario que los manifestantes clarifiquen y concreten su tabla de reivindicaciones, insistiendo en aquellas que sean competencia del Gobierno de Pedro Sánchez y que se puedan adoptar de una semana para otra. Hasta ayer, una parte significativa de la opinión pública, por lo menos en Salamanca ha mostrado su apoyo, su amor y su solidaridad, con la gente del campo. Pero todo tiene un límite y la paciencia de los ciudadanos afectados por las tractoradas también. En una sociedad tan cambiante como la actual, entre el amor y la solidaridad y el desamor e insolidaridad hay muy poco trecho, están separados por una línea muy fina que no se puede sobrepasar. He ahí el peligro.

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QOSHE - El campo: amor y solidaridad - César Lumbreras
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El campo: amor y solidaridad

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09.02.2024

¿Qué piden los agricultores y ganaderos? Pues yo lo resumo en dos palabras (y no es broma): «amor» y «solidaridad». Insisto en que no es broma. Lo explico. Dentro del «amor» incluyo el que se reconozca su trabajo, porque muchas veces se sienten minusvalorados por parte de la Comisión Europea, del Gobierno Central y de la propia sociedad; en resumen, que se cuente con ellos. Y, después de lo anterior, llega la «solidaridad»: que se solucionen sus problemas, que son muchos, muy variados y que, en algunos casos, están provocados por las propias Administraciones, como la carga burocrática. Y es que no puede ser que hoy por hoy tengan que dedicar la mitad de su tiempo a la actividad agraria propiamente dicha y la otra mitad al papeleo. Lo resumía de forma muy gráfica una de las........

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