Pues es evidente que hay días en los que uno no da con la tecla de la columna por falta de asuntos de interés y hay otros en los que no sabe por dónde comenzar debido al «exceso de oferta». Ayer fue una de esas jornadas en las que se agolparon las noticias, unas de aquí y otras de fuera.

Por ejemplo, la guerra de los chalecos verdes, que va a más en Francia, y que los agricultores de este país, además de protagonizar ataques vandálicos, han resumido en varios lemas; me quedo con uno de ellos: 'Nuestro final será vuestra hambre', con el que lanzan un aviso muy claro a los consumidores, que viven en muchos casos de espaldas al campo y que consideran un derecho adquirido acudir al «super» o abrir la nevera y encontrarse con sus productos preferidos.

Es evidente que con las medidas puestas en marcha durante los últimos años por la Comisión Europea y el Consejo de Ministros de la UE, la vieja Europa está complicando la vida a su sector primario y dejando en manos de otros países algo tan estratégico como su alimentación.

Es evidente que eso también pasa en España, con una parte de su agricultura y ganadería en trance de desaparición por las trabas y la falta de rentabilidad. Como también es evidente que nos estamos convirtiendo a marchas forzadas en un país en el que la actividad económica predominante son los servicios, con el turismo a la cabeza, como nos han repetido machaconamente estos días desde Fitur.

Mientras tanto, la industria, lo mismo que una parte de la agricultura, está en declive, con cierres de empresas, los consiguientes despidos o las medidas de regulación de empleo, frenazo en las inversiones; vamos camino del «duocultivo»: los servicios y la construcción, con los peligros que eso supone.

Y es evidente que la inseguridad jurídica que se ha instalado en España no ayuda a que mejore la situación, sino todo lo contrario, porque, además, se discute la reducción de la jornada laboral, lo que nos hará todavía menos productivos, y una reforma del despido.

Es evidente que no son precisamente medidas que favorezcan la inversión de fuera. Más bien, la espantan, especialmente si otras naciones de nuestro entorno dan facilidades.

Mientras tanto, es evidente que el Gobierno de Pedro Sánchez continúa a lo suyo, que se puede resumir en seguir en el poder, primero, y en ocupar todos los resortes del poder, después, colocando en ellos a los amiguetes.

El último ejemplo lo tenemos en el que fue jefe de gabinete de Sánchez antes de llegar al poder, José Manuel Serrano, que tras llevar a Correos a la casi quiebra y ser cesado, ahora ha recalado en la presidencia de las autopistas que fueron nacionalizadas en 2017.

Y ¡qué decir de la que está montando el nuevo letrado mayor del Congreso de los Diputados para deshacerse de los díscolos en un asunto tan polémico como la amnistía! Y es evidente que me dejo muchos temas fuera.

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Es evidente que...

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26.01.2024

Pues es evidente que hay días en los que uno no da con la tecla de la columna por falta de asuntos de interés y hay otros en los que no sabe por dónde comenzar debido al «exceso de oferta». Ayer fue una de esas jornadas en las que se agolparon las noticias, unas de aquí y otras de fuera.

Por ejemplo, la guerra de los chalecos verdes, que va a más en Francia, y que los agricultores de este país, además de protagonizar ataques vandálicos, han resumido en varios lemas; me quedo con uno de ellos: 'Nuestro final será vuestra hambre', con el que lanzan un aviso muy claro a los consumidores, que viven en muchos casos de espaldas al campo y que consideran un derecho adquirido acudir al «super» o abrir la nevera y encontrarse con sus........

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