Sostienen los expertos en política que para conseguir un escaño en España en los próximos comicios al Parlamento Europeo hacen falta alrededor de 300.000 votos. Se trata, además, de una circunscripción única y no entra en juego la endiablada ley de porcentajes que rige en otras citas con las urnas. Por lo tanto, es terreno abonado para que se presenten otras listas, al margen de las candidaturas de los partidos políticos como tal. Pongo un ejemplo de mucha actualidad: el de los agricultores y ganaderos. Se trata de un colectivo que supera con creces esa cifra mágica de 300.000. Suma y sigue: es también un grupo que depende mucho de las normas nacionales, pero, sobre todo, de las que tienen su origen en la Unión Europea. El proceso es el siguiente; la Comisión Europea presenta sus propuestas; el Consejo de Ministros las aprueba, con o sin modificaciones, y los eurodiputados tienen que dar su visto bueno en todos los asuntos financieros y presupuestarios, agrarios, medioambientales y en parte de los comerciales. Vamos, que el PE tiene poder de codecisión con el Consejo de Ministros.

Durante las últimas semanas los agricultores y ganaderos se han levantado en armas contra la «tiranía» de Bruselas y también contra la interpretación que han hecho Planas y el Gobierno de las normas comunitarias, dando todavía alguna vuelta de tuerca más. Nos encontramos, por lo tanto, ante un terreno abonado para que se presenten candidaturas al margen de los partidos políticos, prometiendo que defenderán los intereses del campo. Y eso es, en principio, sano. El primer problema puede llegar porque las justas reivindicaciones del sector agrario se utilicen como excusa por oportunistas que buscan su acomodo en el Parlamento Europeo, para los que defender al sector agrario sea un medio de conseguir sus objetivos y no un fin en si mismo. Me consta que se están preparando ya varias candidaturas. Y el segundo problema de cara a las elecciones europeas está en las interferencias rusas. No es una teoría de conspiración, ni mucho menos. En el caso de España están suficientemente probadas durante el proceso catalán. En otros países europeos también se han constatado injerencias de Moscú en recientes procesos electorales. Hay que recordar que Putin viene de los servicios secretos rusos y es un consumado maestro en estas lides. Por eso no hay que descartar que haya puesto en su punto de mira las elecciones europeas en todos los Estados miembros y también los problemas del campo. Que haya una nutrida presencia de prorrusos en el futuro Parlamento Europeo es uno de sus objetivos como forma de dinamitar el apoyo a Ucrania por parte de la UE. Un anécdota de Putin: iba a mantener una entrevista con la canciller Angela Merkel, sabía que un perro había mordido de niña a la alemana y que tenía pavor a los canes ¿Qué hizo? Se presentó con dos perros grandes que se sentaron a los pies de ambos. Merkel se descompuso y no dio pie con bolo.

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Las elecciones al PE y Rusia

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23.02.2024

Sostienen los expertos en política que para conseguir un escaño en España en los próximos comicios al Parlamento Europeo hacen falta alrededor de 300.000 votos. Se trata, además, de una circunscripción única y no entra en juego la endiablada ley de porcentajes que rige en otras citas con las urnas. Por lo tanto, es terreno abonado para que se presenten otras listas, al margen de las candidaturas de los partidos políticos como tal. Pongo un ejemplo de mucha actualidad: el de los agricultores y ganaderos. Se trata de un colectivo que supera con creces esa cifra mágica de 300.000. Suma y sigue: es también un grupo que depende mucho de las normas nacionales, pero, sobre todo, de las que tienen su origen en la Unión Europea. El proceso es el........

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