Y se creerá que nos hace un favor. El ministro más dicharachero del Gobierno socialcomunista tuvo a bien anunciar la fecha exacta en la que Renfe devolverá a los salmantinos la añorada cuarta frecuencia del Alvia a Madrid. Si Dios quiere y el tiempo y las habituales incidencias ferroviarias no lo impiden, el feliz acontecimiento tendrá lugar el 21 de julio, cuatro años después de haber suprimido el servicio por la pandemia.

Puente anunció la buena nueva como si tuviéramos que darle las gracias, como si no tuviéramos memoria y se nos hubiera olvidado que ya ha prometido el cuarto tren rápido en al menos tres ocasiones, y siempre ha incumplido. Como si el ministro y sus antecesores en el cargo no nos hubieran engañado durante estos cuatro largos años de excusas inverosímiles: que si no había suficiente número de pasajeros, que si no había trenes, que si no había maquinistas, que si no estaban formados, que si las obras en Chamartín impedían ampliar los viajes…

Hemos estado cuatro años castigados por el látigo de la indiferencia gubernamental y no vamos a conformarnos con las migajas de la cuarta frecuencia. El mismo día que entre en servicio habrá que empezar a reivindicar la quinta, tan justa como necesaria, aunque Puente, con su habitual grosería, dijera el viernes en Salamanca que tenemos otras cosas más importantes en las que pensar.

Le tomamos la palabra: ahí tiene la electrificación de la línea a Fuentes de Oñoro muerta de risa, o la reforma del peligroso enlace de Buenos Aires guardada en el baúl de los recuerdos de su Ministerio.

Estuvo el ministro vallisoletano en la Escuela de Gobierno del PSOE y quizás por eso no se dedicó a insultar a los medios de comunicación y a la oposición, como acostumbra. Sin embargo, la cabra tira al monte, y Puente no pudo menos de provocar un incidente internacional al acusar al presidente de Argentina de consumir drogas. No contento con eso, se dedicó a zaherir a una buena parte de los salmantinos que aman y viven de los toros. «La verdad es que los toros van camino de la irrelevancia», aseguró para justificar que su Gobierno decidiera el mismo viernes suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia. Fue solo un eructo, una demostración de que muchas veces está mejor calladito.

La fiesta está vivita y coleando, la tauromaquia no necesita de los dineros del Gobierno socialcomunista y animalista para subsistir, y si Puente quiere comprobarlo no tiene más que pasarse por la Glorieta en las fiestas de septiembre.

Lo que lanzó el ministro de Transportes, eso de que la fiesta se muere, no fue sino un bulo. Una de esas trolas que Sánchez cuela en dos de cada tres frases y que se convierten en motivo de persecución cuando son otros quienes las pronuncian. El Ejecutivo sanchista se dispone a legislar para perseguir a los periodistas que, a su juicio, lancen bulos, es decir, informaciones y opiniones críticas con Su Sanchidad, su familia y su entorno. Así lo anunció en la misma Escuela de Gobierno Ana Redondo, la ministra de Igualdad, a la que parece que más de un plumilla le ha dado algún bocado. No de otra manera se puede entender la frase de la socialista vallisoletana que pasará a la historia del disparate: «Los periodistas no son nuestros amigos, los políticos somos su comida».

Qué quieren que les diga. Un estofado de Puente me resultaría indigesto y una empanada de Sánchez… sencillamente intragable. No les quiero por amigos. Me bastaría con que no impidieran que los periodistas cumplamos con nuestro deber de informar y de ser críticos con el poder. Lo van a intentar, pero el hambre de dar noticias veraces y opiniones libres no nos la van a quitar.

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Otro eructo de Puente

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05.05.2024

Y se creerá que nos hace un favor. El ministro más dicharachero del Gobierno socialcomunista tuvo a bien anunciar la fecha exacta en la que Renfe devolverá a los salmantinos la añorada cuarta frecuencia del Alvia a Madrid. Si Dios quiere y el tiempo y las habituales incidencias ferroviarias no lo impiden, el feliz acontecimiento tendrá lugar el 21 de julio, cuatro años después de haber suprimido el servicio por la pandemia.

Puente anunció la buena nueva como si tuviéramos que darle las gracias, como si no tuviéramos memoria y se nos hubiera olvidado que ya ha prometido el cuarto tren rápido en al menos tres ocasiones, y siempre ha incumplido. Como si el ministro y sus antecesores en el cargo no nos hubieran engañado durante estos cuatro largos años de excusas inverosímiles: que si no había suficiente número de pasajeros, que si no había trenes, que si no había maquinistas, que si no estaban formados, que si las obras........

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