Por Gino Andre Saenz, alumno de Economía de la Universidad del Pacífico.

El último mes del año llegó, y con él, los preparativos para las fiestas. Luces decorativas, villancicos y personas abarrotadas en centros comerciales nos indican que el espíritu navideño y planes de Año Nuevo empiezan a tocar a nuestra puerta junto con los deseos para el 2024. Seguramente, muchos verán el pedir regalos a Santa como algo pueril, mientras que otros dirán que comer las 12 uvas usando una prenda amarilla es ridículo. Sin embargo, propongo un ejercicio: si nuestro país pudiera probar las uvas mientras pide sus deseos, ¿qué desearía? Definitivamente (creería yo) bonanza y estabilidad; pero ¿qué tan difícil será para el Perú cumplirlo? ¿Qué nos espera en 2024?

Un año para el olvido

El 2023 ha sido un año muy retador y, al cierre de este, la fotografía del país es preocupante. El PBI, por ejemplo, cayó en los tres trimestres de este año. Y es que al contexto global (tasas de interés altas e inflación persistente) se le sumaron fenómenos climáticos, protestas y nuestra tristemente clásica inestabilidad política.

Esto, desafortunadamente, produjo un pobre rendimiento de la economía peruana. Así, el consumo de los hogares habría caído 0.4% entre enero y septiembre, y se espera que no crezca a fin de año (aun con toda la algarabía navideña). Esto se condice con la situación del empleo, pues el mercado laboral está en rojo y el impulso del crecimiento del mercado formal es cada vez menor. Además, la inversión ha sido decepcionante: mientras que la inversión privada ya contabiliza cinco trimestres seguidos cayendo, la inversión pública sigue presentando bajas tasas de ejecución (tras once meses, solo se ejecutó 59.3% del presupuesto).

Por otro lado, la inflación ha sido la portadora de buenas noticias para los bolsillos de los peruanos. El dato más reciente publicado por INEI indica que la inflación de noviembre en Lima Metropolitana fue de 3.6%, y continúa acercándose al rango meta; además, el IPC a nivel nacional se contrajo 0.26% en noviembre, con disminuciones en 19 de 26 ciudades. Estos resultados sirven como cimiento para las proyecciones de corto y mediano plazo. BBVA Research, de hecho, proyecta que el PBI caerá 0.4% este año, rebotando a tasas mayores a 2% en el siguiente bienio.

2024: un año de riesgos y oportunidades

Nadie porta una bola mágica que le permita predecir a cabalidad el futuro. Empero, es posible dilucidar cuál podría ser el camino que nos esperaría en 2024. Más allá de los factores externos (escalada de tensiones y conflictos internacionales que impacten precios energéticos, desaceleración económica más pronunciada), son los factores más locales a los que hay que prestarle más atención.

Como ya vimos, el aspecto climático fue un verdadero dolor de cabeza este año. Afortunadamente, las proyecciones más recientes de El Niño apuntan a un escenario más moderado. Esto se traduciría en lluvias menos intensas que no destrocen cultivos y bloqueen caminos, por ejemplo. No obstante, en caso El Niño arribe con furia, sectores como la pesca o construcción (uno de los que más puestos de trabajo genera) se verían seriamente afectados.

Restará por ver también cómo es que el gobierno actúa el año entrante, ya que la incertidumbre viene siendo su más genuina carta de presentación. Recientemente, se aprobó el Presupuesto Público 2024, lo que significó un aumento del 12% respecto al de este año. Más aún, se aumentaron los recursos para regiones y municipios. Esto resulta inquietante, pues son precisamente en estos niveles gubernamentales donde las tasas de ejecución presupuestal son más bajas (menos del 55%). A la par, se debe velar por un gasto mucho más eficiente, de modo que se puedan dirigir los recursos a quienes corresponda, sobre todo en la coyuntura tan complicada en la que nos encontramos.

Por otro lado, las tensiones políticas y conflictos siguen latentes, y es preciso evitarlas a toda costa, pues complicarían mucho más conseguir buenos resultados económicos. Particularmente, todo este ruido político (que no permite garantizar seguridad o resolución de conflictos) podría afectar la minería, sector que sostiene el PBI peruano. Otros sectores productivos como el turismo y agroexportación requerirán también de un seguimiento constante para poder seguir creciendo. Y, sobre todo, la confianza seguirá siendo clave. Si el gobierno no provee estabilidad, presenta irregularidades en temas regulatorios y no otorga las señales adecuadas a los inversionistas y demás agentes, las perspectivas económicas seguirán pesimistas y poco o nada se podrá hacer para crecer.

Conclusiones

Volvamos a la dinámica del inicio: ¿qué pediría Perú para conseguir tener un buen 2024? En primer lugar, que El Niño no sea tan inclemente con él y su pobre plan preventivo. Parece que, por ese lado, algo de suerte hay. Luego, esperar que el contexto mundial siga teniendo un aterrizaje suave: particularmente, una inflación que siga cediendo, bajadas de las tasas de interés y ninguna escalada de conflicto internacional. Ya viéndose a sí mismo, nuestro país debería pedir un gasto más sensato, monitoreando que los recursos sean usados en su totalidad y de forma correcta. Del mismo modo, el Perú debe alejarse de las polémicas y disputas por poder político, ya que ello causa ruido innecesario que le hace mucho daño a nuestra imagen. Por tanto, enfocarse en trabajar por el país será crucial si es que en verdad deseamos tener un muy buen 2024 desde lo económico. Que así sea.

Bibliografía

Artica, J. (4 de diciembre de 2023). Alza de precios de alimentos alcanza su menor nivel, pero hay riesgos por El Niño. Diario Gestión. https://gestion.pe/economia/inflacion-el-nino-precios-alza-de-precios-de-alimentos-alcanza-su-menor-nivel-pero-hay-riesgos-por-el-nino-noticia/?ref=gesr

Flores, L. (1 de diciembre de 2023). Presupuesto 2024 de municipios y regiones sube S/15 mil millones pese a baja ejecución. Diario Gestión.https://gestion.pe/economia/gobierno-presupuesto-2024-de-municipios-y-regiones-sube-s15-mil-millones-pese-a-baja-ejecucion-economia-gestion-noticia/?ref=gesr

Flores, L. (1 de diciembre de 2023). Inversión pública “en rojo”: cae 2.27% en noviembre. Diario Gestión. https://gestion.pe/economia/gobierno-inversion-publica-en-rojo-cae-227-en-noviembre-economia-gestion-noticia/?ref=gesr

Flores, L. (4 de diciembre de 2023). Inversión pública de Gobierno nacional crece, pero hay 181 proyectos con cero avance. Diario Gestión.https://gestion.pe/economia/inversion-publica-de-gobierno-nacional-crece-pero-hay-181-proyectos-con-cero-avance-gobierno-economia-peruana-inversion-publica-noticia/?ref=gesr

Flores, L. (6 de diciembre de 2023). Riesgos 2024: Crece presión externa, pero se modera amenaza de El Niño. Diario Gestión.https://gestion.pe/economia/riesgos-2024-crece-presion-externa-pero-se-modera-amenaza-de-el-nino-bbva-research-economia-peruana-noticia/?ref=gesr

Gestión, R. (3 de diciembre de 2023). Mercado laboral con tres trimestres en “rojo”, ¿cuáles son los sectores más golpeados? Diario Gestión. https://gestion.pe/economia/mercado-laboral-con-tres-trimestres-en-rojo-cuales-son-los-sectores-mas-golpeados-mtpe-empleo-formal-informalidad-agropecuario-manufactura-servicios-noticia/?ref=gesr

Miñán, Whitney. (5 de diciembre de 2023). Empleo pierde el ritmo: cifra “en rojo” se asoma y el reto será recuperarse en el 2024. Diario Gestión.https://gestion.pe/economia/empleo-pierde-el-ritmo-cifra-en-rojo-se-asoma-y-el-reto-sera-recuperarse-en-el-2024-ingresos-puestos-de-trabajo-noticia/?ref=gesr

Tuesta, B. (6 de diciembre de 2023). Consumo en hogares cerraría el año sin crecimiento: el impacto de la recesión. Diario Gestión. https://gestion.pe/economia/empresas/consumo-consumo-en-hogares-cerraria-el-ano-sin-crecimiento-el-impacto-de-la-recesion-kantar-noticia/?ref=gesr

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¿Qué pedirás en Año Nuevo, Perú?

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15.12.2023

Por Gino Andre Saenz, alumno de Economía de la Universidad del Pacífico.

El último mes del año llegó, y con él, los preparativos para las fiestas. Luces decorativas, villancicos y personas abarrotadas en centros comerciales nos indican que el espíritu navideño y planes de Año Nuevo empiezan a tocar a nuestra puerta junto con los deseos para el 2024. Seguramente, muchos verán el pedir regalos a Santa como algo pueril, mientras que otros dirán que comer las 12 uvas usando una prenda amarilla es ridículo. Sin embargo, propongo un ejercicio: si nuestro país pudiera probar las uvas mientras pide sus deseos, ¿qué desearía? Definitivamente (creería yo) bonanza y estabilidad; pero ¿qué tan difícil será para el Perú cumplirlo? ¿Qué nos espera en 2024?

Un año para el olvido

El 2023 ha sido un año muy retador y, al cierre de este, la fotografía del país es preocupante. El PBI, por ejemplo, cayó en los tres trimestres de este año. Y es que al contexto global (tasas de interés altas e inflación persistente) se le sumaron fenómenos climáticos, protestas y nuestra tristemente clásica inestabilidad política.

Esto, desafortunadamente, produjo un pobre rendimiento de la economía peruana. Así, el consumo de los hogares habría caído 0.4% entre enero y septiembre, y se espera que no crezca a fin de año (aun con toda la algarabía navideña). Esto se condice con la situación del empleo, pues el mercado laboral está en rojo y el impulso del crecimiento del mercado formal es cada vez menor. Además, la inversión ha sido decepcionante: mientras que la inversión privada ya contabiliza cinco trimestres seguidos cayendo, la inversión pública sigue presentando bajas tasas de ejecución (tras once meses, solo se ejecutó 59.3% del presupuesto).

Por otro lado, la inflación ha sido la portadora de buenas noticias para los bolsillos de los peruanos. El dato más reciente publicado por INEI indica que la inflación de noviembre en Lima Metropolitana fue de 3.6%, y continúa........

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