¡Este Shot va directo a la vena! ¡Prepárate!

3, 2, …1

El 30 de enero se publicó el Índice de Percepción de la Corrupción 2023 de Transparencia Internacional y nos trae insights muy preocupantes.

Una de las conclusiones más impactantes es precisamente sobre nuestra región. Transparencia Internacional resume la situación con un titular fulminante: “La corrupción está carcomiendo a América Latina”.

No podemos decir que no nos lo esperábamos. ¡Por supuesto que no!

Tampoco podemos decir que no nos esperábamos que Perú empeorara su situación respecto al Índice de Percepción de Corrupción 2022:

Hasta sería poco honesto sorprendernos de la pésima percepción de la corrupción en Perú que existe hoy en día. Más aún si hace tanto tiempo respiramos corrupción al punto de haberla -casi casi- normalizado por completo.

Además, digamos que los “últimos” acontecimientos políticos en nuestra región y en nuestro país revelan cómo vivimos entre sobornos en todas sus modalidades y cómo sufrimos sus nefastos efectos.

Aquí cabe recordar sólo algunas de las terribles consecuencias de la corrupción, con peor impacto -claro está- en las poblaciones más vulnerables y necesitadas:

¡Estamos fritos pescaditos! No podemos decir que no lo sabíamos y que no lo esperábamos. Pero tampoco podemos seguir dándonos el pésame entre todos/as. ¡Hay que tomar acción! ¿Qué vamos a hacer al respecto?

Un buen primer paso para salir de esta molicie e inercia en la que nos encontramos a nivel región y a nivel país es preguntarnos lo siguiente:

No podemos decir que no exista marco normativo, ni herramientas para luchar contra la corrupción y para prevenirla. Lo que nos toca hacer es articular esfuerzos para diseñar Programas de Prevención de Corrupción ad hoc a nuestras organizaciones, que podamos implementar de manera satisfactoria, que sean medibles y -lo más importante- perfectibles en el tiempo.

En pocas palabras, lo que te quiero decir antes de que termines de secar el Shot es que está en nosotros impulsar a nuestras organizaciones a tomar acción.

¡Necesitamos correr la voz y contagiarnos de las ganas de hacer algo al respecto!