Por: Juan Martín Angulo. Profesor de la carrera de Ingeniería en Gestión Ambiental de la Universidad ESAN

El uso de vehículos eléctricos, ya sea híbridos, híbridos enchufables o a batería, está creciendo de manera importante en el Perú. Mientras que en el 2021 se registraron 1455 vehículos, en el 2022 se incorporaron 2428 y para el primer semestre del presente año van ingresando 2004 vehículos (datos obtenidos del Informe de la Asociación Automotriz del Perú publicado en junio del 2023). Si bien este es un incremento aparentemente importante, resulta ser aún insuficiente para competir con los vehículos convencionales, puesto que representa apenas el 2% de la venta de vehículos nuevos, en lo que va del 2023. Al ser esta una tecnología en desarrollo, se espera que la tendencia se mantenga al alza, tanto a nivel nacional como mundial.

Tanto marcas asiáticas, como norteamericanas y europeas están llegando al mercado peruano presentando opciones eléctricas, siendo por ahora las versiones híbridas las más populares para los autos y SUV, así como eléctricas a batería para los buses. A la oferta formal de la movilidad eléctrica se suma también la llamada micromovilidad, tales como los scooters y motos eléctricas, que se están volviendo cada vez más populares en las ciudades para enfrentar los problemas de congestión vehicular.

La idea de reemplazar los combustibles fósiles por la electricidad es una realidad. Tan real como usar un cargador de batería para echar a andar nuestro vehículo es hacerlo por necesidad y responsabilidad con el ambiente. Este cambio en la fuente de energía del transporte ha dejado de ser una novedad para convertirse en una de las medidas más actuales para buscar solución, aunque sea parcial, a los efectos que estamos viviendo debido al cambio climático.

Se observa que el futuro en el transporte será eléctrico, ya son varios países los que están poniendo límites a los motores de combustión, por lo que el desarrollo de la tecnología se está acelerando, presentando ventajas adicionales a las estrictamente ambientales, ya que se están volviendo económicamente rentables al tolerar de mejor manera las variaciones en el precio de la energía.

Si bien el uso de la electricidad presenta ventajas ambientales, no hay que perder de vista que el impacto ambiental positivo se verá en la medida en que la electricidad que alimenta a estos vehículos venga de fuentes amigables con el ambiente. Para esto, la incorporación de los vehículos eléctricos deberá venir de la mano con el cambio de la matriz energética nacional, hacia una con mayor predominancia de fuentes renovables.

Los problemas ambientales son reales, pensemos en el futuro, la tecnología está para ayudarnos, ya sea cambiando nuestros vehículos por eléctricos o reduciendo nuestra exposición al tráfico con la micromovilidad.