Recuerdo que cuando estábamos en pandemia mi esposa me dijo alguna vez “No podría trabajar en una agencia de publicidad. La probabilidad que te rechacen una idea es altísima y debe ser frustrante”. Esa frase me vino a la mente esta semana, ya que estoy formando parte del grupo evaluador de un pitch de agencias para redes sociales y, gracias a esto, pude estar en contacto con más agencias y, sobre todo, con más personas que trabajan en agencias.

Y durante el pitch, además de prestar atención a las ideas y a la presentación, me fijaba en las personas. Miraba sus rostros cuando explicaban los insights, la estrategia y la creatividad. Y me llamaba la atención la pasión con que algunas personas explicaban las acciones, incluso como si estuvieron hablando de algo propio.

Al ser un pitch, más allá de resaltar alguna duda o hacer mención a alguna parte de la presentación, no podemos decir nada más sobre la evaluación. Y las personas de las agencias se van con la esperanza que sus ideas hayan gustado. Todo eso me hizo pensar que a veces el día a día, el estrés, la carga laboral y todo nos hace olvidar que detrás de una presentación de agencia hay un número de personas que han buscado en lo más recóndito de su creatividad para proponer algo disruptivo, tal vez trabajando más horas de lo usual pero con el objetivo de buscar rozar con la perfección y así sorprender al cliente para que la idea haga match y no rebote. Entonces imagínense llevar 3 rutas creativas y que ninguna quede. Es ahí donde empecé a pensar en la resiliencia de las agencias de publicidad.

Sería interesante tener un dato para ver qué porcentaje de las ideas que presenta una idea rebotan. Y también, viéndolo desde otro punto de vista, qué porcentaje quedan a la primera. Pero imagino que el porcentaje de ideas que rebotan debe estar por encima del 50% a la primera vez.

Nunca he trabajado en una agencia, estuve muy cerca de hacerlo allá por el 2017. Sin embargo, tengo algunos grandes amigos que toda su vida han trabajado en agencia y sin duda me han contado que hay perfiles determinados para poder trabajar en una agencia. Y no solo me refiero a la creatividad, innovación y demás aspectos, sino también a la capacidad de no tomarte nada “a pecho”, de ser resiliente y seguir intentando pegarle a esa idea que, con algo de suerte, se convierta en viral y todos hablen de ella. Sin duda es un perfil especial. Un perfil que sabe reponerse rápidamente, que sigue intentando, que tiene una capacidad de aguante tremendo. Y en ese sentido, los que trabajamos en marketing tampoco estamos tan alejados de esa realidad. Varias veces nos rebotan propuestas y estrategias. Siempre estamos viendo los indicadores y “sufriendo” cuando los resultados no se dan. Pero el porcentaje de rebote debe ser mayor en las agencias.

Y más allá de esta introspección, creo que lo que quiero destacar de todo esto es la capacidad de resiliencia que hay en el mundo de las agencias, como también lo hay en los emprendedores, en los marketeros y en todos esos profesionales que día a día se tienen que sobreponer a una negativa. Así que la próxima vez que una agencia les presenten una idea, independientemente que sea buena o no, no olvidamos que hay gente que exprimió tiempo, ganas y creatividad para presentar algo en lo que confían.

Soy Jorge Lazo Arias y cada miércoles encontrarás aquí información sobre marketing, a partir de analizar campañas buenas y también las no tan buenas…porque todo nos suma para conocer las novedades en el mundo del marketing y contar con aprendizajes que podemos aprovechar y aplicar en nuestro día a día.

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La resiliencia de las agencias de publicidad

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07.02.2024

Recuerdo que cuando estábamos en pandemia mi esposa me dijo alguna vez “No podría trabajar en una agencia de publicidad. La probabilidad que te rechacen una idea es altísima y debe ser frustrante”. Esa frase me vino a la mente esta semana, ya que estoy formando parte del grupo evaluador de un pitch de agencias para redes sociales y, gracias a esto, pude estar en contacto con más agencias y, sobre todo, con más personas que trabajan en agencias.

Y durante el pitch, además de prestar atención a las ideas y a la presentación, me fijaba en las personas. Miraba sus rostros cuando explicaban los insights, la estrategia y la creatividad. Y me llamaba la atención la pasión con que algunas personas explicaban las acciones, incluso como si estuvieron hablando de algo propio.

Al ser un pitch, más allá de resaltar alguna duda o hacer mención a alguna parte de la presentación, no podemos decir nada........

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