Cuando lean estas líneas, sus majestades los Reyes de Oriente estarán acampados a muy poca distancia de Granada, donde han llegado con sus cantimploras y odres casi vacíos de agua, después de su largo periplo por desiertos y arenales hasta llegar a la vera de Sierra Nevada.

Melchor, Gaspar y Baltasar están felices por habernos traído el agua y la nieve, a una tierra en la que todas las alarmas están encendidas por una sequía que dura ya más de cuatro años y que ha dejado nuestras reservas de agua en un muy preocupante 23%, cuando el promedio de los últimos diez años por estas fechas supera el 50%.

Granada ha despedido el año 2023 con unas precipitaciones de tan solo 234 litros por metro cuadrado, o lo que es lo mismo, un 36% menos de precipitaciones que su media histórica, algo que agudiza aún más la gravísima sequía que padecemos, después de haber vivido, otra vez, uno de los años más cálidos desde que existen registros.

Por todo lo anterior los Reyes Magos no tendrán ningún problema en que sus cabalgatas de esta noche tengan que adaptarse a la lluvia, que según todas las previsiones caerá sobre Granada a la hora prevista para su cortejo. Ellos que vienen de lugares donde el agua es un tesoro, saben que en esta tierra, en la que otros reyes venidos también de lejos, hicieron del uso del agua un auténtico arte, la lluvia y la nieve son los mejores regalos que nos pueden hacer.

Pero lo que no saben los Reyes es que esa escasez de agua esta convirtiendo algunas zonas de Granada en feudos de auténticos piratas hídricos, donde algunos desaprensivos no dudan en apropiarse de un bien de primera necesidad que es de todos. Así queda de manifiesto con los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, según los cuales en la ya finalizada campaña de riego de 2023, se han detectado un total de 1.904 hectáreas de regadío sin concesión en Andalucía, de las que 1.311 se concentran en la provincia de Granada, provocando unos daños para todos nosotros de 600.000 euros.

Está bien que todos nos conciencemos en este año recién estrenado en la necesidad de ahorrar agua en todos nuestros comportamientos domésticos, pero espero que los Reyes le traigan carbón y algún multazo de los gordos a todos esos desaprensivos piratas del agua “made in Granada”, que han dejado a los magos sin agua para sus cantimploras y a nosotros con la vergüenza de que sean nuestros paisanos.