Vecino a las tierras de Careta o Don Fernando (1480-1520) (cacique de los indios Cueva, cuyo verdadero nombre era Chima), existía en extenso valle al pie de elevadas montañas donde se hallaba construido el poblado de la tribu de los Comogrc, donde ejercía mando Panquiaco, uno de los caciques más poderosos de la región, quien conocedor de los daños sufridos al principio por Careta y Ponca y convencido de su impotencia para resistir a los invasores españoles, pensó que era más ventajoso procurarse su amistad, y accedió a las gestiones de un deudo cueva de Careta, invitándolos a que fueran a su tierra para conocerlos y confederarse con ellos.

Los dominios de Panquiaco (Comagro), se extendían desde el mar Caribe al río Bayano a través de la montaña, y por la costa desde Mazargandí hasta Playón Grande. Su capital se encontraba sobre el afluente del rio Bayazo conocido como Mutumagatí, donde tierras cubiertas de bosques conducían a un valle central.

El recibimiento es espectacular. Bellamente vestidos la tribu de los Comagro reciben a la delegación de Balboa.

Los invitan a su fabuloso palacio y quedan deslumbrados, por la belleza de la arquitectura y el mausoleo.

Ven comida que nunca antes habían visto.

Para sellar el pacto, Balboa bautiza a Panquiaco dándole el nombre de Don Carlos (nombre del heredero del Rey Fernando el Católico).

Le obsequia 4 mil pesos en oro y 70 esclavos como tributo (a los que no dan ninguna importancia) y reciben la noticia que al otro lado había un mar, noticia de la que conocían rumores, pero que no tenía todavía relevancia.

Es Don Carlos y su hijo quienes le confirman la existencia “de otro mar”.

Con dos informaciones privilegiadas, buscando prioridades, toma la decisión de ir primero en busca del huido Cemaco (yo te mato) y los tesoros de Dabaybe.

“(…) Dicen que a casa de este cacique Comogre vienen indios de la otra mar en canoas por un río que llegan a casa del cacique Comogre, y traen oro de minas por fundir en muy gordos granos y mucho: el rescate que les dan por el oro es ropa de algodón y indios e indias hermosas: no los comen como la gente de hacia el río grande: dicen que es muy buena gente, de buena conversación la de la otra costa: dícenme que la otra mar es muy buena para navegar en canoas, porque está muy mansa a la continua, que nunca anda brava como la mar de esta banda según los indios dicen: yo creo que en aquella mar hay muchas islas, dicen que hay muchas perlas en mucha cantidad, muy gordas, y que tienen cestas dellas los caciques, y que también las tienen todos los indios e indias generalmente (…)”[1].

Escribe De las Casas:

“…Mostrada la casa y las cosas della, manda traer Comogre ciertas piezas de oro muy ricas en la hechura y en la fineza, que pesarían 4.000 pesos, y 70 esclavos, y daselos a Vasco Nuñes y a Rodrigo Hernández de Colmenares, conociendo ser los principales…”.

La mítica ciudad de oro de Dabaybe se creía estar en un afluente del río Atrato.

La primera versión de la leyenda se encuentra en el cronista Pedro Mártir de Anglería[2]. Todavía en principios del siglo XVII, se daba crédito a este Dorado del occidente colombiano.

[1] Carta de Balboa desde Santa María de la Antigua del Darién pidiendo los auxilios necesarios para asegurar la población y adelantar los descubrimientos. En: Carol F. Jopling (comp.). Indios y negros en Panamá en los Siglos XVI y XVII. Selecciones de los documentos del Archivo General de Indias. CIRMA-PMS. 1994. P.24 s.

[2] MARTIR DE ANGLERIA Pedro. Décadas del Nuevo Mundo. Madrid: Polifemo, 1989.

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América empezó por el Chocó. Tema 132

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23.03.2024

Vecino a las tierras de Careta o Don Fernando (1480-1520) (cacique de los indios Cueva, cuyo verdadero nombre era Chima), existía en extenso valle al pie de elevadas montañas donde se hallaba construido el poblado de la tribu de los Comogrc, donde ejercía mando Panquiaco, uno de los caciques más poderosos de la región, quien conocedor de los daños sufridos al principio por Careta y Ponca y convencido de su impotencia para resistir a los invasores españoles, pensó que era más ventajoso procurarse su amistad, y accedió a las gestiones de un deudo cueva de Careta, invitándolos a que fueran a su tierra para conocerlos y confederarse con ellos.

Los dominios de Panquiaco (Comagro), se extendían desde el mar Caribe al río Bayano a través de la montaña, y por la costa desde Mazargandí hasta Playón Grande. Su capital se encontraba sobre el afluente del rio Bayazo conocido como Mutumagatí, donde tierras........

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