Después de un espectacular 2023, estas primeras cuatro jornadas del año las principales bolsas mundiales cerraron en su mayoría con recortes de entidad tras las malas referencias a uno y otro lado del Atlántico. La más relevante ha sido la publicación de las actas de la Fed, en las que Powell confirmó el retraso de la bajada de tipos de interés (estimándose que no comenzarán hasta finales de año).

El Ibex fue el índice con mejor comportamiento, acabando la semana con tímidos avances del 0´62%, consiguiendo al menos mantener el nivel de los 10.100 puntos, apoyado nuestro selectivo en el sector financiero, con mención especial a las ganancias de Sabadell y CaixaBank, que se revalorizaron un 9´75% y 7´65% respectivamente gracias a la continuidad de tipos de interés altos. En el lado negativo, mal comienzo de ejercicio para valores ligados a las renovables, desplomándose las acciones de Acciona Energía y Solaria un 6´77% la primera y 9´48% la segunda.

En el exterior, todas las plazas terminaron en números rojos, destacando las pérdidas cercanas al 2% del Cac de París (acusando su principal indicador el mal dato de IPC francés) y las caídas superiores al 3% del tecnológico Nasdaq (penalizado por las malas referencias que llegaron de Apple).

En los mercados de deuda, el bono español subió 15 puntos, terminando la rentabilidad de las obligaciones a diez años en el 3,15%. En los cambiarios, el euro cedió posiciones en su fixing con el dólar, perdiendo nuestra moneda el nivel de las 1´10 unidades, mientras en los de cripto, el bitcoin subió un 3%, a pesar de los fuertes descensos el pasado miércoles ante la posibilidad de que la SEC rechace en los próximos días la aprobación de los primeros fondos cotizados en divisas digitales. Finalmente, en los de crudo, la tensión en el Mar Rojo y los ataques en Irán, ayudaron al petróleo, que recuperó más de un 2%, cerrando el barril de Brent en los 79 dólares.

Ya decíamos en nuestra última crónica que daríamos por bueno que 2024 fuese la mitad de positivo que lo ha sido el 2023. Este año, y tras la previsión de los analistas, estará marcado principalmente por hechos tan relevantes como la bajada de los tipos de interés ,las expectativas de crecimiento económico en Europa y Estados Unidos, los resultados empresariales (se estiman previsiones más bajas que las del pasado ejercicio), el desarrollo de los conflictos bélicos (la guerra entre Rusia y Ucrania y las tensiones en Oriente Medio) y las elecciones presidenciales de varios países, destacando las estadounidenses, donde vuelve a ser posible candidato Donald Trump. Esperemos que se vayan resolviendo todas de la mejor forma posible. Tenemos una agenda repleta de acontecimientos.