El pasado martes 31, el vicecanciller boliviano, Freddy Mamani Machaca, indicó que el Gobierno de Luis Arce “ha tomado la determinación de romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se lleva a cabo en la Banda de Gaza”. Como era de esperarse, salvo el apodo de banda que subconscientemente nuestra alta autoridad diplomática le dio a la Franja de Gaza, no fue nada extraño que a esa extrema decisión se sume inmediatamente el expresidente y líder cocalero Evo Morales, añadiendo que dicho rompimiento no era suficiente y que “Bolivia debería declarar al Estado de Israel como Estado terrorista y presentar una denuncia ante la Corte Penal Internacional”.
Tales admoniciones, provenientes del cocalero opositor, no debieran llamarnos la atención, dado que fue durante su gobierno cuando la ruptura de las relaciones con Israel ya se había producido, para ser recién repuestas durante el breve gobierno de Dña. Jeaninne Añez empero, como una muestra palmaria de que los regímenes progres latinoamericanos no actúan solos, desde el Foro de Sao Paulo, más tarde rebautizado como Grupo de Puebla, dictan el guion a los líderes que han llegado al poder con el impulso de esa transnacional del crimen organizado.
A la luz de lo expuesto, no es pues casualidad que ahora, ante el conflicto en Medio Oriente iniciado con el ataque del grupo terrorista Hamás a Israel, los gobiernos de Bolivia, Colombia y Chile asuman una posición diplomática similar. Mientras el gobierno boliviano rompía sus vínculos diplomáticos con Israel, el colombiano y el chileno llamaban a consulta a sus embajadores en el Estado Judío. Tanto la Argentina, como el Brasil, se abstuvieron, por ahora, por distintas razones, que hallan su fundamento en las relaciones con Irán, la verdadera madre del cordero.
Cuando el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, entre 2007 y 2013, envió a Evo Morales, en calidad de obsequio, un canal de televisión avaluado en tres millones de dólares, nadie podría haberse imaginado que semejante regalo haya consistido en una donación de Estado a Estado, y menos que los iraníes hayan entregado todo a espaldas de su pueblo, como si de un óbolo personal se tratara. Fue así que nació dicho canal de TV, dependiendo en principio de la fundación JEMA (Juan Evo Morales Ayma) Gravísimo error, que tuvo que ser subsanado con el cambio de nombre del canal, con una incomprensible divisa originaria. Entretanto, la inexplicable alianza de Bolivia con Irán, que fue oficializada hace 4 años en Santa Cruz, con la firma de un memorando entre el entonces canciller Diego Pary y su par persa, Mohammad Javad Zarif, antes de concretar la ridícula adquisición de drones desarrollados por Irán, en el marco de un acuerdo militar, señaló inequívocamente el interés de esa nación islámica de fundar en el corazón de Sudamérica el estado mayor de sus compinches de Hamas, Hezbolá e Isis, como cabeza de puente al islamismo. No se explica de otra manera la inmediata reacción de Israel al conocer la decisión boliviana de romper relaciones al afirmar: “la decisión del Gobierno boliviano de cortar los lazos diplomáticos con Israel es una rendición al terrorismo y al régimen de los ayatolas de Irán”.
Por nuestra parte, El día en que estos fanáticos logren amar a sus hijos, con la misma intensidad de odio que sienten contra “los infieles”, como osan llamarnos a los cristianos, judíos, o budistas, será cuando podamos comprender esa extraña alianza de Hamases y Janiwuas.
QOSHE - De hamases y janiwuas - Alvaro Riveros Tejadaaccount_circleinfobrightness_mediumcancel
El pasado martes 31, el vicecanciller boliviano, Freddy Mamani Machaca, indicó que el Gobierno de Luis Arce “ha tomado la determinación de romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se lleva a cabo en la Banda de Gaza”. Como era de esperarse, salvo el apodo de banda que subconscientemente nuestra alta autoridad diplomática le dio a la Franja de Gaza, no fue nada extraño que a esa extrema decisión se sume inmediatamente el expresidente y líder cocalero Evo Morales, añadiendo que dicho rompimiento no era suficiente y que “Bolivia debería declarar al Estado de Israel como Estado terrorista y presentar una denuncia ante la Corte Penal Internacional”.
Tales admoniciones, provenientes del cocalero opositor, no debieran llamarnos la atención, dado que fue durante su gobierno cuando la........
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