Hace bastante tiempo, publique una nota en relación a que en una de las cajas de salud, no sé si en las otras es similar, los enfermos se ven sometidos a un martirio para conseguir una ficha y ser atendidos; pero ahí no termina, pues después de esperar de pie toda una noche para que al amanecer tenga la suerte de conseguir una ficha, viene otra estación del vía crucis porque le señalan tres o cuatro meses después la fecha en la que será atendido y si lo atienden, reciben una receta con medicamentos que la farmacia de esa institución no tiene y el paciente debe acudir a las farmacias privadas para adquirirlos con su propio peculio y a veces no le alcanza.

No es una novela, lo anterior es la realidad, de miles de enfermos asegurados que, además de sus dolencias, deben encontrar resignación porque es un problema de nunca acabar.

La Fundación Milenio en su estudio “La situación social de Bolivia”, en un análisis publicado en El Deber (11/12/23), refleja parte del vía crucis de los pacientes en un sistema público de salud saturado.

Este tema de la salud pública, tan importante en casi todos los otros países, en el nuestro se encuentra en los últimos lugares de importancia para el Estado, como fácilmente podemos corroborarlo en que en el Presupuesto General de la Nación (el último y todos los anteriores hasta comienzos de la república), la salud junto con la educación, esta tan abajo que casi se sale del documento.

El estudio mencionado pudo observar que en lo único (así lo creo) que avanzó el Sistema Único de Salud es en el registro de personas para acceder a la atención en el sistema público, sin embargo, tenemos el registro, pero no hay una oferta hospitalaria ni en la dotación de recursos humanos y tecnológicos.

Si hay o no presupuesto, si hay o no inversiones, es la excusa que las mediocres autoridades de los 3 niveles, de Gobierno, de Gobernación y de la Alcaldía se van tirando unos a otros, para finalmente sin que existan respuestas se haga nada y así vamos yendo desde hace mucho tiempo y, obviamente, hacia el futuro, porque la salud y la educación van a seguir siendo postergadas porque no se obtienen réditos y lo último que les interesa a los políticos es que haya salud y que la gente se eduque.

El estudio ahora analizado, considera que es necesaria una reingeniería del sistema de salud público para contar con entidades gestoras y que además se estructure un modelo de atención médica de alcance metropolitano en las ciudades capitales, integrando los servicios e infraestructura médica de los centros urbano y periurbanos, bajo la autoridad de una instancia metropolitana de salud, dotada de competencias.

Son propuestas serias y buscan de alguna manera de responder a las necesidades urgentes de la población boliviana. Así se consiguieran, vamos a seguir tropezando con la falta de recursos económicos porque el presupuesto tan menguo asignado para la salud pública seguirá muy bajo y la infraestructura necesaria tanto en personal (déficit de 10.000 profesionales solo en Santa Cruz), en equipos e insumos no va a aparecer, hay que programar y ejecutar.

No se si el Estado está ausente del problema de la salud pública o simplemente se aplazó como cualquier inepto y mediocre que no le da la talla para enfrentar una de las mayores necesidades de la población boliviana, mayoritariamente pobre y con pocos recursos, para poder cubrir sus necesidades impostergables de salud.
QOSHE - Ausencia o aplazo del Estado en salud - Fernando Rodríguez Mendoza
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Ausencia o aplazo del Estado en salud

8 0
14.12.2023

Hace bastante tiempo, publique una nota en relación a que en una de las cajas de salud, no sé si en las otras es similar, los enfermos se ven sometidos a un martirio para conseguir una ficha y ser atendidos; pero ahí no termina, pues después de esperar de pie toda una noche para que al amanecer tenga la suerte de conseguir una ficha, viene otra estación del vía crucis porque le señalan tres o cuatro meses después la fecha en la que será atendido y si lo atienden, reciben una receta con medicamentos que la farmacia de esa institución no tiene y el paciente debe acudir a las farmacias privadas para adquirirlos con su propio peculio y a veces no le alcanza.

No es una novela, lo anterior es la realidad, de miles de enfermos asegurados que, además de sus dolencias, deben encontrar resignación porque es un problema de nunca acabar.

La Fundación........

© HoyBolivia


Get it on Google Play