ME llena de orgullo y satisfacción tener este espacio para poder despedir el año como se merece, bueno, como te mereces tú, que estás leyendo ahora mismo estas palabras desde tu móvil o en un periódico de una cafetería, tomándote el café con una media de aceite y tomate, preguntándote si el aceite será virgen extra, que lo dudas mucho.

Es para mí una gran responsabilidad tener que escribir la última columna del año porque tendré que contarte algo interesante, constructivo, de interés particular o general y con algo de alegría para que puedas sobrellevar los días que quedan de 2023: estas fechas son como una montaña rusa de las emociones y no queremos que el ánimo se vaya de vacaciones, lo necesitamos más que nunca.

He intentado no hablar nunca de política en mi columna, más que nada para no repetirme, para no entrar en combustión espontánea pero sobre todo para que te tomes ese café con tranquilidad y sosiego sin que te acuerdes de tu hernia de hiato. He opinado y he dado consejos sobre la crianza de los más pequeños y adolescentes, sin ser madre; quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, y si le da al que le pone el móvil a su hijo de dos años para que coma pues muy buen lanzamiento. He hablado sobre la vejez, sobre el feminismo, los horóscopos, los padres, los buenos modales, sobre la maldad, las vacaciones, la música y el arte entre otros muchos temas. A veces me he mordido la lengua y otras he dado rienda suelta a mis pensamientos a través de las palabras siendo sincera con lo que me preocupa, con lo que me fascina y con lo que me aterra.

A pesar de lo que nos está tocando vivir, a pesar de las malas noticias que nos regalan los telediarios, muy a nuestro pesar, tenemos que confiar, tenemos que ser positivos, optimistas… Llámalo como quieras, me da igual el adjetivo que utilices, pero ponte la camiseta esa que tienes con la frase “hoy va a ser un gran día” y a la calle. ¡Créetelo! Sí, da igual lo que te rodee, lo que tengas que aguantar o a quien tengas que lidiar: cabeza alta, mirada amplia, corazón abierto y paso ligero, porque nadie nos va a regalar nada, el mundo no va a cambiar de aquí a dos días y la sesión con el psicólogo no es apta para la mayoría de los bolsillos. Si en tu pequeño mundo no luchas por sobrevivir, nadie vendrá a salvarte, y si eres capaz de respirar sin pegarte un chute de Ventolín, pues eso que ganas; eso sí, si lo necesitas pides la receta, que una ayuda siempre viene bien.

Vamos a sonreír los días que nos queden este año alargándolos hasta donde podamos, abracemos a los que tenemos cerca y seamos comprensivos, empáticos y generosos con los que menos tienen. Vamos a escuchar más, hablar menos e intentar comprender que la vida son dos días, y uno casi siempre estamos cabreados. Los que vayan siempre como una moto por la vida que bajen un poco la velocidad porque así el paisaje no se ve bien, se pierden lo que pasa a derecha e izquierda.

En fin, la vida pasa de momento, como dicen Los Chanclas. ¡Feliz año nuevo!

QOSHE - Arrivederci 2023 - Ana Santos
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Arrivederci 2023

4 2
28.12.2023

ME llena de orgullo y satisfacción tener este espacio para poder despedir el año como se merece, bueno, como te mereces tú, que estás leyendo ahora mismo estas palabras desde tu móvil o en un periódico de una cafetería, tomándote el café con una media de aceite y tomate, preguntándote si el aceite será virgen extra, que lo dudas mucho.

Es para mí una gran responsabilidad tener que escribir la última columna del año porque tendré que contarte algo interesante, constructivo, de interés particular o general y con algo de alegría para que puedas sobrellevar los días que quedan de 2023: estas fechas son como una montaña rusa de las emociones y no queremos que el ánimo se vaya de vacaciones, lo necesitamos más que nunca.

He........

© Huelva Información


Get it on Google Play