Prohibido regalar meses gratis en el gimnasio, tampoco sesiones con un entrenador personal. Ni se te ocurra comprar una bici o cinta de correr, ropa o calzado deportivo y mucho menos un retiro detox para limpiar cuerpo y mente. Si durante el año no te han funcionado los paseos de chándal con tu pareja, las indirectas, las pullas y los comentarios hirientes, además de los batidos de apio de los sábados por la mañana, sólo en ese caso puedes recurrir a los Reyes Magos: pero te estás jugando comenzar el año con mal pie. Si no te ha funcionado nada apuesta fuerte: compra unas mallas y una camiseta que sepas que le van a quedar ajustaditas y que se las pruebe frente al espejo, a ver si espabila.

No es justo que tú te mates cuatro días a la semana a hacer sentadillas, vayas a la peluquería una vez al mes y te gastes medio sueldo en el láser y que tu pareja ni siquiera se digne a quitarse los cuatro pelos que tiene en el entrecejo. Que sí, que la belleza está en el interior y es como un libro que no puede ser juzgado sólo por las tapas, pero yo prefiero que un Paul Newman me atraviese con la mirada, no le haría falta ni hablar.

Si estás casado o vives en pareja no está bonito regalar utensilios o aparatos que sirvan para limpiar la casa o hacer de comer: está feo. Una excepción sería regalar la última versión de la Termomix junto con un pisito en el centro de un dormitorio, sería el regalo perfecto de cualquier mujer para disfrutar de un paté de sardina y de algún cóctel a media tarde; quien diga lo contrario miente, y más si tiene hijos.

Cada año la misma historia, ¿qué regalar? Lo del piso estaría muy bien pero no todo el mundo se lo puede permitir. Ya has probado con todo, o casi todo. ¡Yo le traigo la solución oiga!, ha llegado a su localidad la ideona-regalona, hágale caso y triunfará, o por lo menos será original y no le tirarán la plancha de vapor a la cabeza.

Hay que regalar una cena en un buen restaurante, por ejemplo, con tu pareja y sin niños. Un brunch o un viaje de un fin de semana con las amigas o amigos, … Sí, como lo estás leyendo: tú coges y le das una tarjeta canjeable por un fin de semana. El que regala se encarga de los niños y el regalado se va de escapada. Espera, esto ya lo están haciendo muchos: se llama divorcio.

Bueno, haz lo del brunch, le preparas a tu pareja y a sus amigos/as un pedazo de desayuno/almuerzo, lo dejas todo sobre la mesa y te vas a dar un paseo de tres horas al parque o a hacer la compra al súper: ¡regalazo!

A mí lo que más me gusta que me regalen es una noche de hotel con desayuno: mínimo 4 estrellas, suelo de madera, albornoz y zapatillas. De ahí no bajo. Si me quieres hacer feliz me puedes regalar esto; en invierno, por supuesto, sino se va de precio. Yo se lo regalo siempre a mi pareja, para ir yo con él y compartir la felicidad de la celebración. Si quiere una guitarra que se la compre él, a ver si me voy a confundir con el color.

Hazme caso, piensa en el divorcio si no te regalan un buen brunch o el pisito en el centro.

QOSHE - El regalo perfecto - Ana Santos
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El regalo perfecto

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04.01.2024

Prohibido regalar meses gratis en el gimnasio, tampoco sesiones con un entrenador personal. Ni se te ocurra comprar una bici o cinta de correr, ropa o calzado deportivo y mucho menos un retiro detox para limpiar cuerpo y mente. Si durante el año no te han funcionado los paseos de chándal con tu pareja, las indirectas, las pullas y los comentarios hirientes, además de los batidos de apio de los sábados por la mañana, sólo en ese caso puedes recurrir a los Reyes Magos: pero te estás jugando comenzar el año con mal pie. Si no te ha funcionado nada apuesta fuerte: compra unas mallas y una camiseta que sepas que le van a quedar ajustaditas y que se las pruebe frente al espejo, a ver si espabila.

No es justo que tú te mates cuatro días a la semana a hacer........

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