Estos días regresa el subjuntivo. Esa fórmula verbal que nos ayuda a expresar deseos, a dibujar posibilidades con palabras. Siempre digo que nuestro sistema de verbos es complejo porque nos da muchísimas fórmulas para expresarnos. Pero que nadie asimile complejo o su sinónimo, complicado, con algo malo, al contrario, es como las opciones de un Smartphone, a más, mejor, aunque algunas las usemos poco o nada. A lo que iba, que vuelve el subjuntivo, las ilusiones, el ojalá… En concreto, el ojalá nos toque la Lotería de Navidad. Aunque sea un piquito, aunque sea para tapar agujeros. Pero como nos caiga el gordo… Ahí cada cual anda montando su antología de anhelos y caprichos. Pero es hermoso ver cómo florecen algunas ilusiones. Y siendo sinceros, ésta del viernes, del 22 de diciembre, es bonita y compartida. En las oficinas se pondrá la radio o alguna televisión, o se accederá a la retransmisión online en móviles, tablets u ordenador de turno. Como toque… Y ese cosquilleo lo vamos barruntando previamente, cuando aún ni han hecho el recuento de las 200 liras con sus 500 bolas. Cuando aún no han colocado los alambres de las tablas de premios. Y puede que haya quien tenga perdido el recuento de décimos y participaciones que lleva para este sorteo. Como fuere, ojalá suene alguno de nuestros números en la voz de esos niños de San Ildefonso. El décimo, la pedrea, o el reintegro, serán conceptos que abarcarán unas horas en las charlas para después esfumarse. Yo, como es tradición, sólo llevo un número, el del trabajo, por eso de que no sea el único que tenga que ir después a trabajar sin la gloria bancaria y por compartir la ilusión por el mismo soniquete.

La paradoja reside en que esto mismo lo termino de escribir en la sala de espera de un centro de médico. Nada grave, no más que un virus que ha decidido tomar posada en el cuerpo de mi hija, para disparar la fiebre por encima de los treinta y ocho grados centígrados, provocarle mocos, malestar general y una mirada llorosa difícilmente consolable. Acaso una gripe, tan común también en las conversaciones de estas semanas, con la típica coletilla de “y cuidado que no la cojas tú”. Como si eso importara o importase. Aquí venimos a por las indicaciones de la posología necesaria. El bienestar, la salud, por topicazo que resulte, es ya en sí un buen premio, el verdadero hábitat del subjuntivo. Así, que ojalá les toque la salud, y ya, de camino, alguna pedrea. Y, por último, ya que volveré tras la visita de Papá Noel, desearles una Feliz Navidad.

QOSHE - Ojalá toque - Manuel González Mairena
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Ojalá toque

3 0
19.12.2023

Estos días regresa el subjuntivo. Esa fórmula verbal que nos ayuda a expresar deseos, a dibujar posibilidades con palabras. Siempre digo que nuestro sistema de verbos es complejo porque nos da muchísimas fórmulas para expresarnos. Pero que nadie asimile complejo o su sinónimo, complicado, con algo malo, al contrario, es como las opciones de un Smartphone, a más, mejor, aunque algunas las usemos poco o nada. A lo que iba, que vuelve el subjuntivo, las ilusiones, el ojalá… En concreto, el ojalá nos toque la Lotería de Navidad. Aunque sea un piquito, aunque sea para tapar agujeros. Pero como nos caiga el gordo… Ahí cada cual........

© Huelva Información


Get it on Google Play