Elegir carrera en estos tiempos se parece a tomar decisiones sobre el futuro mirando estrellas que murieron hace miles de años. En lo que se tarda en cursar un grado el mundo puede haber cambiado”. Delia Rodríguez publicaba estas líneas en una columna de opinión en El País hace unos días. Me siento tan identificada con Delia… pienso en cuando tuve que estudiar durante cinco largos e interminables años una carrera masificada en la que no aprendí absolutamente nada y me entran “los siete males”. Tiempos de sacrificio económico de mis padres que solo me han servido para disponer de un título que siempre he tenido que defender en cada empresa con una experiencia exigida. Experiencia que yo misma también he tenido que ir labrándome, ya que, por supuesto, de eso no se ha ocupado jamás la Universidad. Hacer tele sin ponerte delante de una. Escribir en prensa sin redactar artículos. Locutar en radio sin saber qué es eso de “colocar” la voz como lo hacen en antena. Ninguna de esas cosas me las enseñaron en clase. Sí mucha Historia, Lengua castellana y hasta a medir los espacios entre renglones de una revista con aquello que llamaban “tipómetro”. Algo que nunca me sirvió, pues cuando terminé todo y descubrí qué era eso de ser periodista, con prácticas gratuitas, madrugones y algún que otro “refregón” de profesionales con cierta malauva, los tiempos ya eran otros. Internet había llegado para revolucionarlo todo y había nacido otro tipo de periodismo.

Los tiempos en las aulas son demasiado largos y las oportunidades en empresas demasiado escasas, especialmente en algunos sectores como las Humanidades. La vida cambia cada vez a un paso más rápido y adaptarse a ella resulta heróico. Sin embargo, se sigue exigiendo experiencia a aquellos con tres carreras, un máster y no sé cuantas especializaciones. Las oportunidades para mi profesión siguen siendo escasas y las que encuentras, precarias, duras y nada realistas ni adaptadas al momento económico y social que atravesamos. Y lo que más me duele es que nadie sabría absolutamente nada sin aquellos que nos rompemos los dedos tecleando, reinventándonos, contando, trabajando y denunciando. Nada sería posible sin comunicadores. Expertos en contar la realidad con una vocación de servicio cada vez más difícil de encontrar hoy en día en el mercado. Pero sigue siendo insuficiente. Hoy hay que ser ingeniero, médico o empresario. Vivir de tu pasión está sobrevalorado y sale demasiado caro. El oficio de periodista debería estar en extinción, quizá solo así se tendría en cuenta. Desde el principio. Desde la Universidad.

QOSHE - El oficio de periodista debería estar en extinción - María Fernández
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

El oficio de periodista debería estar en extinción

7 25
02.02.2024

Elegir carrera en estos tiempos se parece a tomar decisiones sobre el futuro mirando estrellas que murieron hace miles de años. En lo que se tarda en cursar un grado el mundo puede haber cambiado”. Delia Rodríguez publicaba estas líneas en una columna de opinión en El País hace unos días. Me siento tan identificada con Delia… pienso en cuando tuve que estudiar durante cinco largos e interminables años una carrera masificada en la que no aprendí absolutamente nada y me entran “los siete males”. Tiempos de sacrificio económico de mis padres que solo me han servido para disponer de un título que siempre he tenido que defender en cada empresa........

© Huelva Información


Get it on Google Play