Canta la sevillana: “Algo se muere en el alma cuando un amigo se va”. Y efectivamente cuando sabemos de su muerte un desgarro doloroso y profundo atraviesa nuestro ánimo transido y nos deja desolados, acongojados de aflicción. Es así cuando se te muere una persona como Camilo Gómez Cruz. Con cierto retraso compongo este recuerdo, si bien pienso que toda rememoración de Camilo es intemporal y que perdurará en la memoria de multitud de onubenses a través de los tiempos y quienes lo evocamos y queríamos estamos obligados a mantenerla como homenaje a su legado, a su obra a su impagable labor de investigación, estudio y divulgación del flamenco y en particular del fandango de Huelva entre otras dedicaciones en favor de las tradiciones onubenses y exaltación de sus valores y esencias.

Nos vimos hace poco tiempo y como siempre el encuentro fue entrañable y satisfactorio porque su cordialidad y su sentido del humor, especialmente cuando bromeábamos sobre la edad, entrañaban el fundamento de nuestra vieja amistad y de ese afecto recíproco que el tiempo enriquece. Me volvió a hablar de un libro que se traía entre años y quería le revisara, como ya lo había hecho con otros. Como iba yo a pensar que sería la última vez que lo vería si bien hemos seguido comunicándonos intercambiando mensajes hasta poco antes de su enfermedad de la que nada sabía.

Recordar a nuestro inolvidable Camilo es evocar su sentimiento profundamente huelvano, su apasionado y vertebral amor por esta tierra, de cuanto amó con generosidad y frenesí desde su más tierna infancia, la Huelva que vivió de niño “hoy que me siento mayor, te recuerdo con cariño”, como escribía en sus letras En ésta y en otras creaciones supo mostrar con brillante elocuencia literaria su amor por Huelva, manifestado en muchas de sus dedicaciones a las que consagró todo su esfuerzo, toda su entrega, todo su espíritu de servicio a la ciudad que amó y sirvió con afecto de hijo generoso y agradecido, empeñado en divulgar sus valores, sus méritos y proclamar sus bondades. Camilo Gómez Cruz, escribió innumerables artículos, intervino en incontables actuaciones en la prensa, la radio y la televisión – yo mismo lo tuve en varias ocasiones en mis entrevistas en radio y televisión -, en acciones públicas en beneficio ciudadano, labor en la que logró y mereció justas distinciones y homenajes.

Poseedor de un extenso y valioso legado producto de su incansable ejecutoria en la investigación en el flamenco y el fandango de Huelva su aportación cultural resulta imprescindible en su conocimiento y divulgación integrada con todos los honores en la historia de Huelva. En esa espléndida antología de cantes y cantaores que Camilo recopiló con rigor y sabiduría hay un compendio de valores inmarcesibles e indispensables en el acervo cultural onubense. Confío en que la Divina Providencia me permita pasear un día con Camilo por su viejo barrio de San Sebastián hablando de las cosas de Huelva.