He ido a Francia desde muy pequeña. Primero con mi familia, teníamos la frontera a apenas 80 kilómetros y era frecuente hacer alguna excursión. Y después, un poco más mayor, empecé a hacer intercambios con una chica que vivía cerca de Nantes y con la que todavía mantengo el contacto, nos escribimos de vez en cuando, nos seguimos en redes… Recuerdo que la primera vez que llegué a allí, con 14 años recién cumplidos, los amigos de Nathalie, mi amiga, me preguntaban cómo era la vida en España. Ellos vivían en un pueblo de unos 3 mil habitantes, en el que sólo había un bar, no había comercios… La vida social la hacían en una sala del polideportivo, en el que había mesas de ping pong, sofás... Allí se reunían las tardes de verano. Sólo podías llegar en bicicleta, o andando. Para mí, era un ritmo de vida mucho más pausado al que estaba acostumbrada. Venía de una ciudad como Pamplona, con mucha vida, calles comerciales, mil planes para hacer, ir al cine, a la bolera, comer algo en la pizzería nueva con mis amigas… Así que aquella vida, diferente, en otro idioma, me parecía “curiosa”, mucho más cuando ellos eran los sorprendidos porque en España tuviéramos frigoríficos y lavadoras. Recuerdo que cuando me hicieron aquella pregunta pensé: “¿pero de dónde se creen que vengo?, ¿de África?”

Podrás acceder antes a las noticias y navegar sin publicidad

QOSHE - Nosotros no somos el problema, amigos - Helena Resano
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Nosotros no somos el problema, amigos

2 0
01.02.2024

He ido a Francia desde muy pequeña. Primero con mi familia, teníamos la frontera a apenas 80 kilómetros y era frecuente hacer alguna excursión. Y después, un poco más mayor, empecé a hacer intercambios con una chica que vivía cerca de Nantes y con la que todavía mantengo el contacto, nos escribimos de vez en cuando, nos seguimos en redes…........

© infoLibre


Get it on Google Play