Hubo un tiempo, en una lejana galaxia, en que la Cámara de Comercio de Alicante era imagen de respeto, independencia, señorío y saber estar, virtudes que corresponden a una organización centenaria. Fue la época dorada en que nos inventamos la Noche de la Economía para dar al empresario el valor y el relieve que deben tener ante la sociedad los creadores de riqueza. Eran los momentos en que se esperaba el discurso del presidente, tanto por el tono reivindicativo como por lo que suponía de resumen económico del año y de planteamiento de alternativas. Obviamente es una galaxia muy muy lejana. Ahora la NEA es un Baño’s Show y ni siquiera como espectáculo es de prime time, sino más bien de madrugada compartiendo espacio con la teletienda.

El actual presidente, al que imagino que no tendrán el disgusto de conocer, ha llevado la institución a las más altas cimas del ostracismo. La Cámara se ha convertido en un mustio collado con escasa repercusión pública y ostentando una imagen bastante gris, muy alejada de los brillos de otros tiempos con presidentes realmente influyentes como Eliseo Quintanilla, Emilio Vázquez Novo o Antonio Fernández Valenzuela.

Lejos de ser un presidente conciliador y respetuoso de la pluralidad, al fin y al cabo los empresarios son tan diversos como la sociedad, Baño (y no citaré más su nombre) es un sectario lo más parecido al bombero pirómano que desespera a los ajenos, pero también a los que supuestamente son los suyos. O lo eran.

Pretender que quien no te baila el agua es tu enemigo y el que no te da la razón todo el rato y a todas horas pretende humillarte, es propio de personas sin confianza en sí mismos. Ni la Cámara podía llegar a menos ni él a más, es lo que pasa por optar a un cargo para el que no se está preparado y sin acreditar ningún mérito, más allá de que lo ganó sin oposición, porque nadie de campanillas quiso meterse en ese carajal que son las elecciones camerales.

Pero bueno, ya escribiré largo y tendido del personaje y la institución, ahora no toca, que decía Pujol. Simplemente lo pospongo, pero les emplazo a futuro y les prometo diversión.

El discurso del susodicho en su show de esta semana pasada no pudo ser más cercano a un mitin político y a un pasar la mano por el lomo, de una forma vergonzosa, al nuevo presidente de la Generalitat. Es su estilo: pagar servicios prestados de aquella manera, anticipar facturas futuras y utilizar la plataforma cameral para sus cuitas políticas.

La Cámara, la de verdad no la de ahora, siendo durísima en sus reivindicaciones, nunca utilizó su tribuna para defender una opción política de forma tan evidente y partidista. Los presidentes de la Cámara, teniendo cada cual su ideología, jamás faltaron públicamente al respeto a un gobierno legítimo y a unos empresarios que no tienen una uniformidad de ideas, aunque desde fuera lo pueda parecer. Eso lo ha cambiado este discurso y, es evidente, que se rompe definitivamente con el pasado, pero para mal, para muy mal.

Les cuento: de catorce páginas de discurso, siete son el mismo blablablá de lo malo, malísimo y felón que es el Gobierno de España y lo bien que lo están haciendo PP y Vox desde que accedieron al Consell. Cuatro páginas son humo: agradecimientos varios y promesas vacías. Tres páginas de felicitaciones, incluido espacio amplio para mirarse, y admirarse, el ombligo, y media, no más, para contar un proyecto, dando como novedoso lo que ya es más antiguo que un periódico de ayer. Es la obsesión por hacerse con la parcela que lidera Fundesem y crear una Escuela de Negocios de la Cámara superferolítica y estupenda. Pero vamos, esta idea tan magnífica lleva dos años de gestación y lo que te rondaré, morena. Ya saben aquel del tonto y la senda, y sigue y sigue.

Que no haya en catorce páginas ni una propuesta, ni una alternativa, ni una idea más allá de lo trillado, demuestra la carencia total de planes, de estrategia y de ingenio.

Una pena que una institución centenaria, oficial y de derecho público, haya pasado a ser un cortijo propiedad de un señorito Iván, a imagen y semejanza del de “Los Santos Inocentes”. Pero así es la vida y las entidades suelen salir adelante con mayores o menores traumas. Al final estos cuerpos extraños que colonizan una etapa de una institución, se metabolizan, se encapsulan y no son más que un paréntesis en su trayectoria. Se hace muy largo para quienes lo sufren, pero a una amplísima mayoría no les preocupa lo más mínimo. Ni esperan nada ni necesitan nada y, lo que es peor, no les interesa nada.

La Cámara de Alicante tuvo noches gloriosas y las volverá a tener, no pierdo la esperanza de verlo, pero con espectáculos como el vivido esta semana, tardará en recuperarse. No olvidemos que la credibilidad, como la honra que preocupaba tanto a Calderón, es un edificio que tarda mucho en construirse, pero que se pierde en un instante.

QOSHE - El show de baño - Javier Mondéjar
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El show de baño

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03.12.2023

Hubo un tiempo, en una lejana galaxia, en que la Cámara de Comercio de Alicante era imagen de respeto, independencia, señorío y saber estar, virtudes que corresponden a una organización centenaria. Fue la época dorada en que nos inventamos la Noche de la Economía para dar al empresario el valor y el relieve que deben tener ante la sociedad los creadores de riqueza. Eran los momentos en que se esperaba el discurso del presidente, tanto por el tono reivindicativo como por lo que suponía de resumen económico del año y de planteamiento de alternativas. Obviamente es una galaxia muy muy lejana. Ahora la NEA es un Baño’s Show y ni siquiera como espectáculo es de prime time, sino más bien de madrugada compartiendo espacio con la teletienda.

El actual presidente, al que imagino que no tendrán el disgusto de conocer, ha llevado la institución a las más altas cimas del ostracismo. La Cámara se ha convertido en un mustio collado con escasa repercusión pública y ostentando una imagen bastante gris, muy alejada de los brillos de otros tiempos con presidentes realmente influyentes como Eliseo Quintanilla, Emilio Vázquez Novo o Antonio Fernández Valenzuela.

Lejos de ser un presidente........

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