Al fin, Benjamín Netanyahu tendrá su última oportunidad de librarse de la humillante derrota que lo persigue desde el 7 de octubre pasado. Otra masacre anunciada. Rafah, la ciudad más meridional de la Franja de Gaza, se encuentra a punto de sufrir una sangrienta invasión terrestre. La minúscula ciudadela fronteriza con Egipto, de unos 200 000 habitantes, incrementó su población desde el inicio de la operación genocida israelí a más de 1,2 millones de refugiados en tiendas de campaña y hacinados al aire libre. Llegaron empujados por los bombardeos indiscriminados desde del norte y centro de la Franja.

Este martes se cumplen 200 días de la sorprendente acción militar al interior de Israel lanzada desde el encierro de Gaza por el Movimiento de Resistencia Palestina Hamás. Un acto de clara rebelión, reclamo de libertad después de 76 años de despojo de sus tierras y viviendas, y el encierro en la mayor cárcel del mundo, bloqueada militarmente por aire, mar y tierra. Desde entonces el Jefe de Gobierno del Estado sionista persigue —sin resultados— la venganza. Sus manos y las de todos sus secuaces reciben cada día un baño de sangre fresca, pura, sobre todo de niños y mujeres, muchas de ellas jóvenes madres.

Todo indica que ya cuenta con la luz verde del Gobierno de Estados Unidos. El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, y el ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, examinaron una posible invasión israelí de Rafah en una reunión virtual el jueves último. Washington afirma que le preocupan los planes de Netanyahu de invadir Rafah sin una garantía de vida para los civiles, pero hace poco o nada para evitar la masacre en ciernes. Por el contrario, el Congreso está a punto de dar la aprobación final de una ayuda militar de 26 000 millones de dólares a Israel. Tras la discusión de un posible ataque la semana pasada, la Casa Blanca dijo que las dos partes tenían un «objetivo compartido de ver a Hamás derrotado en Rafah».

«En los próximos días aumentaremos la presión militar y diplomática sobre Hamás porque es la única manera de liberar a nuestros rehenes y lograr nuestra victoria», afirmó Netanyahu.

Es curioso, en vísperas de la horrible matanza que se avecina, el jefe de la Inteligencia militar israelí, mayor general Aharon Haliva, dimitió tras asumir la responsabilidad por no prever o evitar lo ocurrido el 7 de octubre. Tal vez el mensaje implícito sea que a partir de este momento pueden fijar la vista en Netanyahu.

En todo caso, el Jefe del Gobierno de la ocupación sionista quería prolongar su guerra en Gaza y distraer la atención de sus continuos fracasos en todos los frentes de batalla en la Franja, que sigue bajo intensos bombardeos diarios.

La verdadera crisis, según algunos analistas, sería que Israel invadiera Rafah con el objetivo decidido de desplazar por la fuerza a los refugiados palestinos al Sinaí egipcio. La extrema derecha no oculta sus intentos de completar la limpieza étnica iniciada en 1948, que prosiguió con la ocupación y colonización continua de las tierras palestinas.

Hasta el lunes, 34 151 palestinos han sido asesinados en Gaza y 77 084 resultaron heridos en el actual genocidio de Israel allí. Cada número es una familia mutilada, uno o más niños huérfanos, sin otro pariente incluso que lo identifique, alguien comprometido con su crianza. Hasta ese punto llega la interminable empresa colonial sionista.

Rafah reviste una importancia estratégica para Israel porque limita con Egipto y es el punto de acceso inmediato para la ayuda internacional. Esto explica, según expertos familiarizados con el pensamiento militar israelí, la constante atención en la prensa a la Ruta Filadelfia, la línea estratégica que separa Gaza y Egipto, que Tel Aviv insiste en volver a ocupar para asfixiar por completo a Gaza.

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Matanza final en Rafah

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23.04.2024

Al fin, Benjamín Netanyahu tendrá su última oportunidad de librarse de la humillante derrota que lo persigue desde el 7 de octubre pasado. Otra masacre anunciada. Rafah, la ciudad más meridional de la Franja de Gaza, se encuentra a punto de sufrir una sangrienta invasión terrestre. La minúscula ciudadela fronteriza con Egipto, de unos 200 000 habitantes, incrementó su población desde el inicio de la operación genocida israelí a más de 1,2 millones de refugiados en tiendas de campaña y hacinados al aire libre. Llegaron empujados por los bombardeos indiscriminados desde del norte y centro de la Franja.

Este martes se cumplen 200 días de la sorprendente acción militar al interior de Israel lanzada desde el encierro de Gaza por el Movimiento de Resistencia Palestina Hamás. Un acto de clara rebelión, reclamo de libertad después de 76 años de despojo de sus tierras y viviendas, y el encierro en la mayor cárcel del mundo, bloqueada militarmente por aire, mar y tierra. Desde........

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