No es una novedad la existencia de espías rusos de elite preparados para realizar de operaciones especiales, dentro pero en especial fuera de su país, tales como pirateo informático, desinformación, envenenamientos, sabotajes, revueltas y desestabilización política. Las muertes en circunstancias dudosas acaecidas en el Reino Unido de disidentes y críticos del presidente Vladimir Putin son una prueba de dichas prácticas.

Esos agentes se mueven con pasaportes falsos y son conocidos por sus actividades en toda Europa. En los últimos días fue detectada la presencia de varios de ellos en Cataluña en el año 2017, durante las principales refriegas en épocas del procés. Hay ocho identificados pero se sospecha que hubo un total de catorce.

Ese período comprende hechos puntuales y relevantes: el último día de la campaña del referéndum ilegal de independencia de Cataluña, la amenaza de Carles Puigdemont de someter a votación en el Parlamento dicha declaración, la jornada del referéndum ilegal, la huelga general catalana y la denominada «parada de país» y la independencia proclamada por Puigdemont y suspendida inmediatamente.

Casi 5.000 perfiles automáticos de Twitter difundieron sistemáticamente mensajes financiados por el Kremlin sobre el proceso independentista. Lo hicieron durante esos 20 días más intensos del proceso secesionista de 2017. Los mensajes elaborados por estos medios fueron compartidos más de 80.000 veces en la red social por unas 40.000 cuentas. Según un estudio de la empresa Audiense, dedicada al análisis de redes, la mayoría de esas cuentas eran bots.

Los mensajes, sólo por efecto del retuiteo a través de esas cuentas bots, obtuvieron más de medio millón de reproducciones y con eso la posibilidad de aparecer en el timeline de muchos usuarios. Un ejemplo es el twitt titulado “Dictadura” venezolana vs “democracia” española (el original aplicaba esas elocuentes comillas) y remitía a un vídeo en el que se elogiaban las virtudes del sistema político venezolano frente al español. Otro decía: «Cuando te hablen de democracias que impiden el voto y dictaduras que lo permiten, es hora de replantearse algunas cosas».

Esta grave injerencia en un tema de política interna de otro estado alentando los disturbios vuelve a poner el foco en el rol de Rusia en el contexto internacional. Occidente debe entender el espíritu imperial ruso y su naturaleza étnica. Rusia jamás se sentirá parte de occidente porque nunca lo ha sido y su aspiración es extender su influencia a través de la guerra, como en Ucrania, pero también con mecanismos indirectos de intromisión política en países democráticos. Descubrir la colaboración prestada al separatismo por parte de una administración autoritaria y despiadada es una señal que los ciudadanos deberían evaluar como inadmisible y reflexionar respecto de la inconveniencia de acompañar a partidos que aceptan o disimulan esas prácticas en lugar de denunciarlas y rechazarlas.

Congresales republicanos de Estados Unidos acaban de hacer pública la intención de Vladimir Putin de poner armamento nuclear en el espacio. La sensación que sus decisiones transmiten es que se siente poderoso y sin freno alguno.

Como si eso no fuera una amenaza mundial suficiente, el combo de ideología progre e impericia política de Joe Biden logró lo que Donald Trump no permitió durante su mandato: el acercamiento entre Rusia y China. Este hecho estratégico también es altamente preocupante. Hay una actitud en la dirigencia política mundial, de una calidad notablemente mediocre, de ir detrás de los acontecimientos.

En este contexto de complejidad creciente, que Pedro Sánchez intente proteger y exculpar a Carles Puigdemont luego de conocerse la intromisión rusa en las revueltas catalanas lo hace éticamente inaceptable a él y al partido que lo respalda. Y se vuelve casi misterioso entender que gran parte de la población del país continúe delegando en ellos el ejercicio del poder.

Pero el Partido Popular tampoco se queda atrás. Intenta por cualquier medio sacarle votos a la formación VOX porque lo considera su real adversario ideológico, pues es quien expone las inconsistencias y desvíos de los populares. Ahora en la campaña para las próximas elecciones en Galicia, en lugar de luchar juntos contra el pacto del Partido Socialista Obrero Español con las diversas variedades de izquierdas, instala la noción del «voto útil», en alusión a que solo suma apostar por el PP. Sembrar el miedo en la población para obtener apoyo electoral es una práctica perversa y falaz muy utilizada por las peores autocracias (América Hispana está llena de ejemplos) y es lo que practica hoy por hoy Núñez Feijoo en sus apariciones públicas. Mientras tanto, rechaza sistemáticamente explicar sus contactos secretos con socios del PSOE y hasta su evaluación de la ignominiosa amnistía que impulsan tanto el socialismo como el variado colectivo de izquierdas.

Este deterioro de los valores del que hacen ostentación ambas dirigencias políticas fomenta el escepticismo de los votantes. España ha perdido recientemente buenas oportunidades de enderezar su derrotero. Las posibilidades de frenar el deterioro no son inagotables; sin embargo, con las próximas elecciones gallegas se puede demostrar que el voto útil es aquel que nos representa con la certeza de llevar al Congreso la voz de nuestras auténticas convicciones y no desplazar a quienes, en campaña, dicen ser la oposición y el resto del tiempo toleran las inconsistencias del oficialismo y se enredan en acuerdos espurios de espaldas a la gente.

Las democracias del mundo, hoy más que nunca, tienen la obligación de ser precisas y transparentes, de aislar a los gobiernos autoritarios y mucho más teniendo la certeza de que operan contra la unidad nacional.

En Galicia hay un voto que pelean la izquierda y VOX. Para modificar el rumbo español sería una señal excelente que ese escaño que se debate en cuatro provincias gallegas fuera para VOX. Se estaría dando un formidable paso hacia la reconstrucción de una sociedad confundida y manipulada por una izquierda rancia y por una derecha cobarde que no termina de asumir el liderazgo necesario para encabezar el cambio.

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Galicia puede ser el comienzo

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17.02.2024

No es una novedad la existencia de espías rusos de elite preparados para realizar de operaciones especiales, dentro pero en especial fuera de su país, tales como pirateo informático, desinformación, envenenamientos, sabotajes, revueltas y desestabilización política. Las muertes en circunstancias dudosas acaecidas en el Reino Unido de disidentes y críticos del presidente Vladimir Putin son una prueba de dichas prácticas.

Esos agentes se mueven con pasaportes falsos y son conocidos por sus actividades en toda Europa. En los últimos días fue detectada la presencia de varios de ellos en Cataluña en el año 2017, durante las principales refriegas en épocas del procés. Hay ocho identificados pero se sospecha que hubo un total de catorce.

Ese período comprende hechos puntuales y relevantes: el último día de la campaña del referéndum ilegal de independencia de Cataluña, la amenaza de Carles Puigdemont de someter a votación en el Parlamento dicha declaración, la jornada del referéndum ilegal, la huelga general catalana y la denominada «parada de país» y la independencia proclamada por Puigdemont y suspendida inmediatamente.

Casi 5.000 perfiles automáticos de Twitter difundieron sistemáticamente mensajes financiados por el Kremlin sobre el proceso independentista. Lo hicieron durante esos 20 días más intensos del proceso secesionista de 2017. Los mensajes elaborados por estos medios fueron compartidos más de 80.000 veces en la red social por unas 40.000 cuentas. Según un estudio de la empresa Audiense, dedicada al análisis de redes, la........

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