No sé si Txapote votó a Sánchez. Pero Sánchez sí votó a Txapote. Esta semana, Óscar Puente dijo Pamplona. Eso y mucho más: se declaró orgulloso del precio que paga el PSOE por el apoyo de Bildu a la investidura. «Es un partido progresista» y el ministro no tiene problema alguno en cederles la alcaldía navarra. Hombre, ya lo sabíamos. A estas alturas, quien confíe en la palabra de un socialista o en su límite moral es un iluso.

Los del PSOE navarro declaran que Bildu está comprometido con el respeto y la memoria de las víctimas. Ahora, a homenajear a los terroristas, exigir la liberación de los presos o poner a siete asesinos y otros 37 condenados en las listas de las últimas elecciones se le llama respeto a las víctimas. Sólo en el Congreso, Bildu tiene a dos condenados por enaltecimiento del terrorismo, a otro por intentar reorganizar la ilegal HB, a la madre de uno de los angelitos de Alsasua y al menda que acompañaba a un jefe de la banda a declarar a la Audiencia Nacional. Toma respeto a las víctimas.

Parece, eso sí, que los socialistas han arrancado una cesión a los proetarras: prometen no politizar los sanfermines. Empate. Mi consuelo de tonto es el mal del PNV. Merche Aizpurúa, directora de aquel fantástico medio de comunicación que señalaba objetivos a los etarras, creadora del «Ortega vuelve a la cárcel», ha sido propuesta como premio a «mejor relación con la prensa». Un año más, los periodistas del Congreso homenajean a los diputados. Y, como siempre, hacen cabriolas para contentar a todos. O a algunos más que a otros. No se lo pierdan: Puente es candidato a diputado revelación junto a Echenique o Juana Belarra. Y Rufián, ¡Yolanda Díaz!, Aitor Esteban y Óscar Matute a mejores oradores. Ernest Urtasun y Sira Rego, que votaron en contra de condenar las atrocidades de Hamás, también están nominados. ¡Que viva nuestra prensa libre! Benjamín Prado, contertulio, decía esta semana que Puigdemont, al fin y al cabo, no ha matado a nadie como sí lo hacen las políticas que impone VOX. Este benjamín intelectual no dice ni pío del pacto con los batasunos. Así estamos.

Sánchez es capaz de pactar con Bildu y un golpista y dar lecciones de democracia en la Eurocámara. Incluso de mentar al tercer Reich mientras acuerda con la Baader-Meinhof española. Dijo que PP y VOX recuperaron callejero fascista. Que mienta ya no extraña. Pero atreverse a citar al nazismo en el Parlamento Europeo tiene miga. Insultó a media bancada, que acabó abucheándole. Dijo que en nuestro país hay Lawfare, esto es, que se persigue a ciudadanos por sus ideas, dejándonos como una República bananera. Los eurodiputados le pusieron banda sonora: soltaron unos ladridos por megafonía. Con eso se clausuró la presidencia española en Europa. Prosiguen los éxitos diplomáticos. Ladran, Pedro, luego cabalgamos, le debió decir la corte de pelotas que siempre arrastra consigo, esa que reía sus gracias y aplaudía como focas cuando presentó el libro que le han escrito.

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