Leyó El zorro de arriba, Arguedas le parecía un suicida triste. Hay un montón de razones por los que la gente toma la decisión. Mariano probó la menos usual, estar desempleado.

Muchos de los que lograban un lugar carecían de sus méritos y reconocimientos, pero era tarde para hacer una lista. Algo debió hacer mal. Retirar a su hijo de la universidad fue un lastre en su orgullo, una pena; pero rogar una oportunidad era lacerarse semana a semana para recibir un No con las mil disculpas y reconocimientos consabidos.

A decir verdad, en medio de su vacío real, muchos lo buscaban para ganar de él cuando su rictus era de agonía. Tomó el frasco con las pastillas que le servían para la ansiedad y pensó si era la mejor manera, quizás menos dramática que un pistoletazo. Sorbió un poco de agua y tapó el frasco. Era una disrupción extraña querer morir, él que amaba las barbacoas y los mares.

Sabía que ya nadie lo ayudaría y que morir era una fuga hacia adelante. Llevaba más de un año sin ganar un sol y comiéndose los ahorros. Todos juntos, los de la mesa, caminando al abismo. Se había comprado un cuchillo para cacerías, pero la sangre y el dolor le crispaban. No iba a aparecer la mano desmesurada de Dios para impedir su último arrebato, no iba a descender un ángel.

Miró sobre su mesa de noche, luego al balcón...

QOSHE - A mano propia - Raúl Mendoza Cánepa
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A mano propia

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14.02.2024

Leyó El zorro de arriba, Arguedas le parecía un suicida triste. Hay un montón de razones por los que la gente toma la decisión. Mariano probó la menos usual, estar desempleado.

Muchos de los que lograban un lugar carecían de sus méritos y reconocimientos, pero era tarde para hacer una lista. Algo debió hacer mal. Retirar a su........

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