Realizada la marcha el pasado 21 de abril en la que se pudo ver cómo una parte importantísima del poder constituyente expresó su entero rechazo a Petro; ahora el turno es para su “Administración por Sobresaltos” que ha intentado desesperadamente cooptar la marcha del 1° de mayo.
El único problema para esto es que Petro también resulta ilegítimo en este frente toda vez que la guerrilla de la que tanto presume con arrogancia y altanería asesinó a José Raquel Mercado; sobre este particular se puede leer lo que sigue en el diario El Tiempo:
“En la madrugada del 19 de abril de 1976 fue hallado el cadáver de José Raquel Mercado, presidente de la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC). El cuerpo, encontrado dentro de un saco de polietileno, apareció cerca del Parque El Salitre, en Bogotá. Mercado, de 62 años, fue secuestrado por el M-19. El 6 de abril de ese mismo año, el grupo guerrillero anunció que el líder sindical había sido condenado a muerte por un ‘tribunal del pueblo’, por traicionar las luchas por la reivindicación de los derechos de los obreros.
Lo anterior ratifica y prueba irrefutablemente que la guerrilla del M-19 apeló tanto al secuestro como a “la ejecución extrajudicial” con fines tácticos de guerra.
En efecto, es la misma Comisión de la Verdad la que ha definido el secuestro “como la privación de la libertad de una o más personas por parte de un actor armado bajo intimidación, amenaza u otros medios, condicionando la liberación y/o la seguridad e integridad personal de las víctimas a la satisfacción de exigencias económicas, políticas, militares, de control territorial, entre otras”.
A su vez, el derecho internacional reconoce las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias como “el acto de matar deliberadamente a una persona al margen del marco jurídico o sentencia judicial en su contra”. Algunos doctrinantes dirán que solo aplica en caso de que sea el Estado el que cometa este tipo de crímenes; sin embargo, usando el mismo lenguaje de los guerrilleros, que copiaron de la Revolución Cubana esta forma de asesinato, cabe, en igualdad de condiciones, hablar de ejecuciones sumarias o arbitrarias cuando de “justica revolucionaria” se trata.
Ambas prácticas criminales constituyen abiertamente violaciones al derecho fundamental de la vida. De lo que se desprende lógicamente que Petro tampoco podría apropiarse de la palabra “vida” porque él, en tanto miembro de la guerrilla, representa precisamente todo lo contrario.
En vez de cooptar -por todos los medios- las marchas del día del trabajo, Petro debería dedicarse a trabajar porque, entre otras razones, los colombianos lo rechazan por ser un pésimo trabajador. Impuntual, caótico, inútil, disipador, holgazán, errático, “disoluto y crápula”, según quienes lo han tratado desde que la guerrilla del M-19 se reinsertó a la vida democrática.
La ilegítima marcha de Petro
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03.05.2024
Realizada la marcha el pasado 21 de abril en la que se pudo ver cómo una parte importantísima del poder constituyente expresó su entero rechazo a Petro; ahora el turno es para su “Administración por Sobresaltos” que ha intentado desesperadamente cooptar la marcha del 1° de mayo.
El único problema para esto es que Petro también resulta ilegítimo en este frente toda vez que la guerrilla de la que tanto presume con arrogancia y altanería asesinó a José Raquel Mercado; sobre este particular se puede leer lo que sigue en el diario El Tiempo:
“En la madrugada del 19 de abril de 1976 fue hallado el cadáver de José Raquel Mercado, presidente de la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC). El cuerpo,........
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