La campaña electoral norteamericana no ha comenzado oficialmente, pero ambos partidos y sus varios candidatos están ya luchando por quedarse o llegar a la Casa Blanca, aunque la forma de hacerlo es muy diferente para su actual ocupante que para sus rivales.

A pesar de la ventaja que el ex presidente Trump lleva en las encuestas de opinión, no podemos aún saber quién representará al Partido Republicano en los comicios del año próximo, pero de momento el Partido Demócrata sí tiene ya un candidato en el actual presidente Joe Biden, quien parece decidido a pedir al pueblo norteamericano que renueve su mandato.

No le será fácil. No solo por las limitaciones derivadas de su avanzada edad, cada día más evidente y que alejan a una mayoría de votantes de su propio partido que preferirían otro candidato, sino por el planteamiento que de momento está dando a su campaña.

Biden parece convencido de que su política económica es la vía hacia el éxito electoral y no para de ensalzar su “Bidenomics”, un nombre que parece gustarle para referirse a su política económica: No solamente señala el motivo de su éxito, sino que lleva el apellido Biden y probablemente cree que es una buena baza electoral.

Y ciertamente, desde algún punto de vista, su política económica puede verse como un éxito: la inflación ha bajado, el país genera más riqueza y las bolsas han salido del pozo en que estuvieron durante unos meses.

Pero este es el punto de vista del presidente, de sus colaboradores, de los empresarios que lo apoyan y de las clases políticas y financieras de las grandes ciudades norteamericanas. Pero no lo es de la mayoría del país y los votos se cuentan por número de habitantes -no por la potencia económica de los votantes.

A la hora de obtener resultados electorales, Biden lo tiene difícil …pero no lo sabe: la gente que le rodea no pertenece a la mayoría económica, sino que es de una clase privilegiada por su nivel de educación y su situación profesional.

Es una clase satisfecha con la situación actual, pero es muy pequeña: el 10% de la población norteamericana se reparte el 69% de la riqueza del país. Si para el 90% restante tan solo queda el 31%, la situación es aún peor si analizamos esta gran mayoría: nada menos que el 50% del país se queda con tan solo el 2.5% de lo que genera la economía de Estados Unidos. Y la mitad del país son muchos votos.

La desigualdad económica no es nueva, pero no ha hecho más que crecer en las últimas décadas y el Partido Demócrata parece no darse cuenta de la insatisfacción que semejante situación crea y del resentimiento entre grupos que tradicionalmente son sus votantes pero con los que tiene poco contacto: la bonanza económica no la notan, sus sueldos no suben ni siquiera al nivel de la inflación.

La situación fue diferente durante el mandato de Trump: los sectores más débiles de la economía vieron su situación mejorar más que otros grupos habitualmente aventajados. Entonces, como ahora, las élites académicas y políticas, firmemente afincadas en el bando Demócrata, no solo vivían mejor, sino que no ocultaban su menosprecio por las masas incultas ,

El menosprecio ya fue evidente cuando Hillary Clinton era candidata presidencial y calificó de “deplorables” a los simpatizantes de Donald Trump. Ahora, Biden no comete semejante error, pero asegura que su “Bidenomics” funciona. Y sí, funciona para él y los demás privilegiados. Pero solamente para ellos.

Semejante miopía política no es una novedad, pero sorprende a muchos que se dé precisamente en el Partido Demócrata, que tradicionalmente apelaba a grupos desfavorecidos.

El viejo chiste político de “Dios ayuda a quien sabe ayudarse. Los demócratas se ocupan de los demás” ya no sirve y las alianzas sociales están en un proceso de realineamiento: cada vez hay más negros y latinos en las filas republicanas, que va pasando del ser partido de las élites al de las masas. Antes las élites eran republicanas, hoy son demócratas mientras que los otrora privilegiados republicanos son hoy el pueblo llano.

QOSHE - Bidenomics: funciona al revés - Diana Negre
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Bidenomics: funciona al revés

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21.11.2023

La campaña electoral norteamericana no ha comenzado oficialmente, pero ambos partidos y sus varios candidatos están ya luchando por quedarse o llegar a la Casa Blanca, aunque la forma de hacerlo es muy diferente para su actual ocupante que para sus rivales.

A pesar de la ventaja que el ex presidente Trump lleva en las encuestas de opinión, no podemos aún saber quién representará al Partido Republicano en los comicios del año próximo, pero de momento el Partido Demócrata sí tiene ya un candidato en el actual presidente Joe Biden, quien parece decidido a pedir al pueblo norteamericano que renueve su mandato.

No le será fácil. No solo por las limitaciones derivadas de su avanzada edad, cada día más evidente y que alejan a una mayoría de votantes de su propio partido que preferirían otro candidato, sino por el planteamiento que de momento está dando a su campaña.

Biden parece convencido de que su política económica es la vía hacia el éxito electoral y no para de ensalzar su........

© La Opinión A Coruña


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