Amigos con alma de gato
Llevo casi 50 años de mi vida viviendo con algún tipo de animal en casa. Perros, gatos, conejos, hámsteres y algún que otro pez con final desgraciado por el retrete. La última perra, mi querida Piper, convivió con la gata Mika en casa hasta el día de su muerte. Siempre tuve la sensación de que esperó a que su dueña estuviera bien acompañada para poder irse. La gata también se fue, pero no al cielo de los animales. Ella se fue con su dueña, mi excompi de piso, a otro hogar. Las echo mucho de menos, pero no os........
© La Opinión A Coruña
visit website