¡Buenos días! Les saludo en esta primera columna de enero. Sí, hemos cruzado el Rubicón del 31 de diciembre y... poco más. Aquí estamos de nuevo, dispuestos a otear la realidad y diseccionarla, compartiendo el resultado con ustedes si son tan amables de tomarse la molestia de abordar este texto. Pero ya saben que este es un ejercicio muy personal e intransferible, y si uno lo hace es desde el espíritu constructivo y siendo consciente de que lo que dice no es verdad absoluta, ni tiene que servir para los demás. Consiste en una primera piedra, ya saben, con lo que intentar la muy necesaria tarea de edificar y cuidar algo colectivo. El reto es que cada uno de ustedes ponga también la suya y, modificando el conjunto lo necesario para que todos lo veamos bien, aprender y aportar. Tan sólo eso, sin más pretensión. Es de lo que se trata...

Y después de haber vuelto a poner negro sobre blanco en el párrafo anterior el espíritu de esta columna, y habiéndoles felicitado ya estos días la Navidad y el Año Nuevo, es tiempo de expresar sinceros deseos para el año que empieza. Pero si esperan un ejercicio prolijo por mi parte les voy a decepcionar, porque mi carta va a ser especialmente magra y concisa. Ahí voy, en menos de una línea: Ojalá que 2024 venga lleno de salud para todos y todas. Ya está. Pero no crean que es poca cosa, no... Para mí, y lo hemos hablado ya muchas veces desde muy diferentes puntos de vista, eso de la salud individual y colectiva siempre ha sido lo fundamental.

Y es que si entendemos la salud como el bienestar tanto físico como psíquico y anímico, gozar de ella es lo más grande a lo que podemos aspirar. O, intentando entenderlo desde el punto de vista complementario, no tenerla es el problema más grande al que nos podemos enfrentar. Tanto, que nos va la vida en ello. Teniendo salud, en tal sentido amplio, todo lo demás está más o menos garantizado. Porque la clave no está en tener, sino en el nivel de necesidad, y eso tanto se puede aplicar a lo material como a lo que no lo es. Si gozamos de buena salud, que nos quiten lo bailado... por mal que se tuerzan las cosas ahí seguiremos, felices o al menos capeando el temporal.

Pero no se olviden, queridos y queridas, que lo de tener buena o mala salud no es algo aleatorio, sobre lo que no podamos intervenir. En absoluto. Es bien cierto que hay miles de variables que no controlamos, y que hay un factor general de suerte ligado a la dotación genética con la que contamos, a la expresión de tal información y a muchos procesos que para nosotros son invisibles y hasta desconocidos. Pero también es verdad que existen unas pautas generales que pueden ayudar a que tal estado de salud se preserve de la mejor forma posible, y lo que está claro es que si no las cumplimos, nuestros órganos, aparatos y sistemas se deteriorarán, muchas veces de forma irreversible. No podemos actuar sobre los factores hereditarios ligados a determinados tipos de cáncer u otras enfermedades, por ejemplo, pero sí llevar una vida saludable, realizar ejercicio físico, comer sano, limitar las reacciones de estrés, huir de sustancias tóxicas como el tabaco o el alcohol y el resto de medidas siempre enunciadas para mejorar —o, al menos, no empeorar— nuestro bienestar. La salud, como casi todo, es el resultado de una parte que controlamos y otra que no. Por lo menos actuemos sobre la primera. Lo otro... ya se verá. Y es que puede uno tener mala suerte, hacerlo todo de libro e irle mal... Sí, puede pasar. Pero lo que es seguro es que, si aún encima la busca con las peores prácticas posibles, seguro que se la encontrará. ¿O no?

Pues eso, amigos y amigas. Mucha salud para 2024. Pero salud buscada, ¿eh? No solamente anunciada a modo de mantra de principios de enero, sin más. Salud como la que tiene que ver con una vida activa, con una socialización efectiva y real, con el hecho de que una rica ensalada no tenga que ir acompañada siempre de algo más proteico y de origen animal y con limitar los tóxicos para el organismo, por mucha cultura del alcohol y tabaco en la que nuestra sociedad esté inmersa. Salud activa y no meramente reactiva. Salud de esa que da la vida y para la que, además, supone una satisfacción extra el camino de buscarla...

¡Feliz 2024! Ya saben, con salud. O, al menos, no haciendo lo posible para perderla...

QOSHE - Que 2024 venga cargado de... salud - José Luis Quintela Julián
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Que 2024 venga cargado de... salud

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03.01.2024

¡Buenos días! Les saludo en esta primera columna de enero. Sí, hemos cruzado el Rubicón del 31 de diciembre y... poco más. Aquí estamos de nuevo, dispuestos a otear la realidad y diseccionarla, compartiendo el resultado con ustedes si son tan amables de tomarse la molestia de abordar este texto. Pero ya saben que este es un ejercicio muy personal e intransferible, y si uno lo hace es desde el espíritu constructivo y siendo consciente de que lo que dice no es verdad absoluta, ni tiene que servir para los demás. Consiste en una primera piedra, ya saben, con lo que intentar la muy necesaria tarea de edificar y cuidar algo colectivo. El reto es que cada uno de ustedes ponga también la suya y, modificando el conjunto lo necesario para que todos lo veamos bien, aprender y aportar. Tan sólo eso, sin más pretensión. Es de lo que se trata...

Y después de haber vuelto a poner negro sobre blanco en el párrafo anterior el espíritu de esta columna, y habiéndoles felicitado ya estos días la Navidad y el Año Nuevo, es tiempo de expresar sinceros deseos para el año que........

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