Si llevaras apuntados en un cuaderno todos los momentos en los que perdiste los nervios por motivos banales (el fútbol y similares) o te dejaste llevar por la visceralidad más empobrecedora al afrontar problemas o desencuentros es probable que llevaras muchas hojas repletas de tinta tonta. No incluyo en ese listado exasperante las roturas de diques sentimentales que nos inundan de pena cuando la pérdida aprieta y ahoga, ni mucho menos la ira e impotencia que se abrazan al desconsuelo en esos días eternos donde no encuentras respuestas al porqué del ensañamiento de la vida en su estado más cruel con un ser querido. Malditos sean.

Ya, ya sé que es difícil conservar la calma en niveles óptimos cuando vas por la calle y casi te atropella un mentecato (suelen ser siempre hombres, fíjate tú qué cosas) que no respeta las normas por sistema. O cuando tienes que escuchar sandeces negacionistas o reaccionarias o asistir a linchamientos virtuales, intolerancias varias e injusticias de todo tipo y humillación. O, mismamente, cuando te topas con gente sin sentido cívico ni sensibilidad civilizada: auténticos saqueadores de la paciencia ajena. Pobre gente.

Pero hay que intentarlo. No solo por el bien de nuestra salud mental (los malos rollos no son nada higiénicos) sino porque la calma puede llegar a ser contagiosa cuando es real y prolongada y tal vez ayude a los que nos rodean a seguir nuestro ejemplo. Nada desconcierta más a alguien que busca bronca que enfrentarse al sosiego y las palabras conciliadoras. No hay mejor armadura para las guerras cotidianas que respirar hondo, contar hasta diez en casos leves y hasta cien en los más graves, y preguntarte si lo que empieza a hervir en nosotros es motivo de enfado verdadero o solo una buena razón para reírse de aquello que lo causa.

QOSHE - Rogad por nuestra calma - Tino Pertierra
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Rogad por nuestra calma

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20.11.2023

Si llevaras apuntados en un cuaderno todos los momentos en los que perdiste los nervios por motivos banales (el fútbol y similares) o te dejaste llevar por la visceralidad más empobrecedora al afrontar problemas o desencuentros es probable que llevaras muchas hojas repletas de tinta tonta. No incluyo en ese listado exasperante las roturas de diques sentimentales que nos inundan de pena cuando la pérdida aprieta y ahoga, ni mucho menos la ira e........

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