Perdonen. No me ha dado tiempo a leer las cien páginas del documento del PSOE presentado el pasado fin de semana en su convención nacional celebrada en Galicia, pero tengo la disculpa de que les ocurre lo mismo a quienes lo aprobaron. No puedo creer que el texto surgiera de un debate celebrado entre los asistentes, sino de su aceptación a lo previamente facturado. Un vistazo rápido a los epígrafes y a las frases resaltadas en negrita bastaría para que lo firmara hasta el gato, pues reproducen el imaginario de Mr. Wonderful y las Tazas Happy, esa visión positiva más allá de lo cursi con que enfrentarse al mundo incluso cuando el despertador suena los lunes.

En lo que sí me he detenido es en las fotos que ilustran el arranque de cada capítulo del nuevo programa socialista. En principio, con estupefacción por si se trataba de un despiste. El folleto parece en realidad una promoción de la política de préstamos de CaixaBank, de la oferta de alguna aseguradora o de una empresa de alarmas que garantiza la seguridad del hogar. Vemos a jubilados lustrosos y sonrientes para los que la palabra futuro sigue teniendo sentido; a chicos y chicas jóvenes, en mezcla interracial, con semblantes que expresan confianza en un porvenir apacible; a obreros pulcrísimos liberados por las tecnologías, a optimistas ejecutivos intergeneracionales, a lesbianas que celebran la libertad, a chicas fashion con bicicletas de última generación, a mujeres empoderadas que atraviesan el asfalto seguras y confiadas, a otras mujeres de edad más avanzada que expresan sabiduría y felicidad, a jóvenes enamorados que enarbolan la bandera europea... Y a Pedro Sánchez, que contra la norma publicitaria no mira al frente, sino hacia abajo, como a donde está el pueblo, y eleva el brazo con la mano semiabierta, a medio camino de convertirla en un puño o de expandirla en un gesto generoso, a alegir.

El puño y la rosa es ya historia, pues se ha convertido en un corazón rojo mazizo, y el lema «España avanza» se adorna con la bandera de Europa, que debe ser menos excluyente que la española.

Lo tiene dicho el exdiputado socialista Eduardo Madina: «Cuando yo entré en política, en la dirección de mi partido mandaban los secretarios de Organización; cuando salí trece años después, en el partido mandaban los directores de Comunicación». Es el relato amigos, pero un relato al modo Karina.

QOSHE - Un mundo nuevo y feliz - Ángel Montiel
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Un mundo nuevo y feliz

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24.01.2024

Perdonen. No me ha dado tiempo a leer las cien páginas del documento del PSOE presentado el pasado fin de semana en su convención nacional celebrada en Galicia, pero tengo la disculpa de que les ocurre lo mismo a quienes lo aprobaron. No puedo creer que el texto surgiera de un debate celebrado entre los asistentes, sino de su aceptación a lo previamente facturado. Un vistazo rápido a los epígrafes y a las frases resaltadas en negrita bastaría para que lo firmara hasta el gato, pues reproducen el imaginario de Mr. Wonderful y las Tazas Happy, esa visión positiva más allá de lo cursi con que........

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