Que son todos iguales, que son un mal necesario, que solo piensan en ellos mismos y en su interés propio... Son algunas de las letanías que se escuchan en los análisis más críticos contra la profesión política, que no atraviesa, precisamente, uno de sus mejores momentos. La historia nos ha dejado grandes nombres y protagonistas de relevancia al frente de los Gobiernos de países y territorios, a los que se les ha reconocido su entrega y dedicación al bien común. Eso es lo que viene a ser el servicio público que debe acompañar a las intenciones de cualquier ciudadano que aspire a tener responsabilidades, cuando, probablemente, algunos vean la meta en la consecución del cargo, sin percatarse de que tan solo es el inicio del camino.

Sea como fuere, lo que está claro es que la visión de la clase política por parte de la sociedad actual se aproxima más a la de una casta, dicho en tono despectivo, que a la de esas figuras honorables que deberían ser quienes rigen y dirigen nuestra vida y nuestro futuro más inmediato.

La política del siglo XXI, de la era de la comunicación y de las tecnologías, la que dispone de más herramientas para el entendimiento destaca en exceso por las disputas, por la imposibilidad de consenso entre posturas contrarias y por las continuas bofetadas dialécticas de unos a otros.

No es de extrañar que la mala fama y la desconfianza primen a la hora de juzgarlos, aunque también es la era de los bandos o los bloques repletos de partidistas y partidarios que casi idolatran al líder supremo, exentos del más mínimo espíritu crítico para señalarle lo que consideran incorrecto.

Así las cosas, no recuerdo ninguna imagen reciente de ningún político medianamente destacado recogiendo un premio de cualquier índole. Así fue al menos, en el caso de la gala de Premios Importantes 2023 que este diario celebró la noche del jueves en el aduitorio El Batel de Cartagena. El evento estuvo repleto de las principales autoridades civiles de la Región y de la ciudad. Coparon las primeras filas de asientos reservados, también los saludos y las referencias de los discursos, además de pronunciar sus propias proclamas e, incluso, se retrataron en las fotos como entregadores de los galardones que se repartieron durante la gala, pero ningún político resultó distinguido.

Los premiados de este 2023, los Importantes del año que se acaba proceden de diversos y variados ámbitos, como la investigación, la educación, la cultura, el deporte, la música, la industria, la comunicación y hasta del activismo social. Ninguno de ellos es político.

Para ser justos, el espíritu y origen sobre el que se basan estos reconocimientos de La Opinión, como expusieron sus propios dirigentes, pretende escapar de las urgencias y las polémicas del día a día para detenerse en el esfuerzo, la constancia y el valor del trabajo bien hecho.

Si han leído hasta aquí, pueden pensar que esta columna sostiene una crítica voraz y radical contra la noble profesión de la política, cuando, en realidad, se trata más bien de la expresión de un lamento y el deseo de que más pronto que tarde, sean muchos los dirigentes políticos merecedores de nuestros premios, porque su fracaso también es el nuestro, el de quienes los elegimos para gobernarnos. Por el contrario, sus éxitos y reconocimientos, siempre que estén alejados del servilismo incondicional, también serán los nuestros.

A veces, cometemos el error de restarle importancia y hasta de ignorar lo que más debería preocuparnos. Afortunadamente, en el caso de la política en esta ciudad, esta Región y este país, tenemos voz y, sobre todo, voto, aunque sea cada cuatro años. ¿Para siempre? De nosotros depende. Y eso también es más que importante.

QOSHE - 'No hay políticos', por Andrés Torres - Andrés Torres
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

'No hay políticos', por Andrés Torres

3 0
16.12.2023

Que son todos iguales, que son un mal necesario, que solo piensan en ellos mismos y en su interés propio... Son algunas de las letanías que se escuchan en los análisis más críticos contra la profesión política, que no atraviesa, precisamente, uno de sus mejores momentos. La historia nos ha dejado grandes nombres y protagonistas de relevancia al frente de los Gobiernos de países y territorios, a los que se les ha reconocido su entrega y dedicación al bien común. Eso es lo que viene a ser el servicio público que debe acompañar a las intenciones de cualquier ciudadano que aspire a tener responsabilidades, cuando, probablemente, algunos vean la meta en la consecución del cargo, sin percatarse de que tan solo es el inicio del camino.

Sea como fuere, lo que está claro es que la visión de la clase política por parte de la sociedad actual se aproxima más a la de una casta, dicho en tono despectivo, que a la de esas figuras........

© La Opinión de Murcia


Get it on Google Play