Por fin, el primer submarino S-81 ya está en manos de la Armada. Hemos tenido hasta que añadirle el ‘apellido’ de Plus, después de que se alargara el casco unos cuantos metros para garantizar su flotabilidad, porque con el proyecto inicial no estaba garantizada.

La nave recupera el nombre de uno de los cartageneros más ilustres, nuestro inventor Isaac Peral. Ahora le toca al submarino y a los que han sacado adelante el proyecto demostrar su fiabilidad, su operatividad y su valía como instrumento de defensa. Les corresponde estar a la altura de la historia del arma submarina, estrechamente vinculada a Cartagena.

El proyecto de ingeniería más moderno y ambicioso de la industria naval española comenzó a ejecutarse hace dos décadas y su entrega acumula once años de retraso respecto a la fecha prevista inicialmente, tras superar pequeños y enormes inconvenientes surgidos en el camino.

Al desfase temporal hay que sumarle el presupuestario, ya que el coste de las naves se ha duplicado hasta acercarse a los 4.000 millones de euros. Por tener con qué compararlo, recordemos que la ampliación y modernización de la refinería de Repsol requirió de 3.200 millones de euros a finales de la primera década del siglo XXI y, entonces, era la mayor inversión industrial en España y una de las más elevadas de Europa.

Ahora toca callar bocas y zanjar las dudas sobre el nuevo y flagrante submarino, alimentadas incluso por la propia ministra de Defensa, al presionar para que se entregara de una vez a la Armada, sin más paliativos ni excusas. Toca, ahora, demostrar que el S-81 puede ser la joya de la corona de la industria naval española, con la que navegar por los mares del mundo con la cabeza y la vela del sumergible bien altas. Así, las grandes crisis y las grandes turbulencias de esta singladura importarán menos y se diluirán en los años, como las manchas de gasoil en la inmensidad de los océanos.

El coronel Jesús Manuel Martínez Victoria en Irak en 2022 L.O.

La estrecha vinculación de Defensa con la Armada y viceversa se refleja en grandes proyectos, como los submarinos S-81, pero también mediante la gran valía de su patrimonio humano. Es el caso del coronel cartagenero Jesús Manuel Martínez Victoria, que el próximo 15 de diciembre tomará posesión como Jefe del Regimiento de Infantería Príncipe nº 3, que conlleva el cargo de Comandante Militar de Asturias, la máxima autoridad del Ejército en el Principado. Nacido en el hospital de la Cruz Roja de la Alameda en Cartagena en diciembre de 1972, el coronel Martínez Victoria ingresó en la Academia General Militar en septiembre de 1991. Hasta su ascenso a coronel en el verano de 2023 ha estado destinado en la Sección de Planes del Mando de Operaciones (MOPS), por lo que ha sido el encargado de planear las operaciones militares españolas en Oriente Medio y África, como las de apoyo a Irak o a Níger. Además, fue designado para dirigir el diseño y planeamiento en detalle la compleja operación de evacuación de personal de Afganistán en agosto de 2021 y, posteriormente, aportó su experiencia en ese tipo de operaciones al grupo de planeamiento de la operación de evacuación de Sudán en abril de 2023. Ha participado en seis operaciones internacionales: en Bosnia en 1999, en Kosovo en 2002, en Afganistán en 2004 y 2015 y en Irak en 2017 y 2022. Se le han concedido diversas condecoraciones nacionales y extranjeras. Destacan cinco Cruces al Mérito Militar con Distintivo Blanco, seis Medallas OTAN No Art.5, la Medalla de la Operación BALMIS y la Army Commendation Medal de los Estados Unidos de América.

El coronel Martínez Victoria nació en Cartagena el 14 de diciembre de 1972. Está casado con Cecilia desde el año 1996 y tiene tres hijos, Jaime (1998), Álvaro (2001) y Guillermo (2004).

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S-81, la nueva 'joya' de la Armada

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02.12.2023

Por fin, el primer submarino S-81 ya está en manos de la Armada. Hemos tenido hasta que añadirle el ‘apellido’ de Plus, después de que se alargara el casco unos cuantos metros para garantizar su flotabilidad, porque con el proyecto inicial no estaba garantizada.

La nave recupera el nombre de uno de los cartageneros más ilustres, nuestro inventor Isaac Peral. Ahora le toca al submarino y a los que han sacado adelante el proyecto demostrar su fiabilidad, su operatividad y su valía como instrumento de defensa. Les corresponde estar a la altura de la historia del arma submarina, estrechamente vinculada a Cartagena.

El proyecto de ingeniería más moderno y ambicioso de la industria naval española comenzó a ejecutarse hace dos décadas y su entrega acumula once años de retraso respecto a la fecha prevista inicialmente, tras superar pequeños y enormes inconvenientes surgidos en el camino.

Al desfase temporal hay que sumarle el........

© La Opinión de Murcia


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