«Las ilusiones pueden ser muy poderosas» (Lawrence de Arabia). Tal vez, se trate de esbozar en nuestra mente una irrealidad, pero que bonito tener un reto que nos haga salir de nuestra zona de confort para pasar a la acción. Demasiadas decepciones seguidas, tal vez, sean motivo de anular un atisbo de esperanza, lo importante es saber vestir con las ropas del deseo.

Si algo me duele profundamente, es que este país no respete a sus gentes virtuosas cuando el declive que regala el ocaso de los años les persigue. Demasiado tiempo invertido en la carretera y lejos de su familia, para intentar, subidos a un escenario, que la gente disfrute de lo que, honestamente y nacido del talento, saben hacer, que no es otra cosa que cantar o tocar un instrumento. Y ahí los tenemos, 50 años después, rodando con la loable intención de ganar unos cuartos que les permitan retirarse con algo más que la escasa dignidad ofrecida por contratos maquiavélicos, firmados en épocas que pudieron ser de bonanza. Y tal vez lo fueran, pero nadie les contó que la nostalgia era el camino del destino.

Debe ser agotador tener que convivir con un mundo repleto de personas que han perdido la ilusión, esas que deambulan por espacios vacíos, pero sobre todo cerrados, lugares que generan cuando menos un pico de ansiedad, de miedo.

Su etimología procedente del latín es engaño, y sí, hablo de la palabra ‘ilusión’. Lo de que haya adquirido el sentido que la define como una expectativa es bastante reciente.

Nada debe resultar más difícil que mantener la ilusión, la esperanza y el deseo. Por eso mi absoluta y desinteresada cooperación en todo lo que Los Chichos pretendan hacer.

Conscientes de haber rebasado todos los límites posibles para mantenerse erguidos sin que les derrumbe el miedo, aquí siguen. Y si en algo estamos de acuerdo, es en que merecen nuestro respeto a su trabajo. El hecho de mantener un sentimiento hacia lo efímero, cuándo demasiadas vidas se tambalean a su alrededor, sale a ganar.

¿Cuánto tiempo creen que se puede sobrevivir sin un aliciente que dé sentido? Podrían ser años, pero jamás es para siempre, recuerden que todo tiene fecha de caducidad. Admiro al que intenta poner solución a la adversidad, música a los momentos, a regalarnos algo que siempre echamos en falta, como es tiempo para empezar de nuevo. Con lo básico, con no caer, con un futuro que reinventar por muy viejo que se sienta uno. No es momento para temer a la radiación de una luz por ilusionarse, solo se necesita un poco de maestría y entender que no nos está permitido dejar de planear cada situación que quede por vivir. Ha llegado la hora de hacer caso a las canciones que hicieron saltar a varias generaciones, y que nos pongan de nuevo a taconear siguiendo el ritmo de guitarras imaginarias. Algunas estaremos aquí para allanar el terreno que las circunstancias exigen para bailar con alegría.

La fecha de la despedida está marcada en el calendario, hagamos que sea el mejor adiós, porque perder la ilusión en cualquier proyecto de vida es el golpe más duro que nos podemos dar a nosotros mismos.

QOSHE - Son ilusiones - Jutxa Ródenas
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Son ilusiones

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26.01.2024

«Las ilusiones pueden ser muy poderosas» (Lawrence de Arabia). Tal vez, se trate de esbozar en nuestra mente una irrealidad, pero que bonito tener un reto que nos haga salir de nuestra zona de confort para pasar a la acción. Demasiadas decepciones seguidas, tal vez, sean motivo de anular un atisbo de esperanza, lo importante es saber vestir con las ropas del deseo.

Si algo me duele profundamente, es que este país no respete a sus gentes virtuosas cuando el declive que regala el ocaso de los años les persigue. Demasiado tiempo invertido en la carretera y lejos de su familia, para intentar, subidos a un escenario, que la gente disfrute de lo que, honestamente y nacido del talento, saben hacer, que no es otra cosa que cantar o tocar un instrumento. Y ahí los tenemos,........

© La Opinión de Murcia


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