Como un queso gruyer o gruyère de Los Alpes. Así parece que se encuentra el subsuelo de Murcia por la gran cantidad de aparcamientos que jalonan su territorio, una ciudad en la que el Ayuntamiento capitalino sigue empeñado en continuar con su política de destrucción del paisaje y del medio ambiente. Los párquines son eso: infraestructuras que hacen efecto llamada para que los ciudadanos entren con más coches, lo que conlleva, evidentemente, más polución, más ruido y más espacio consumido que se resta al disfrute de los ciudadanos.

El concejal de Movilidad, Gestión Económica y Contratación, José Francisco Muñoz, ha anunciado la licitación de cuatro nuevos aparcamientos subterráneos en el Malecón, la plaza Circular, Floridablanca (barrio del Carmen) y Jorge Palacios (Vistabella) para finales de 2024 e inicios de 2025, unos proyectos que darán alas a la Murcia cochista y que no solucionarán el problema de tráfico de una de las urbes más contaminadas de España.

Y no lo solucionará como tampoco lo han hecho los 25 aparcamientos que existen en la actualidad, entre disuasorios y subterráneos, unas infraestructuras que, al parecer, a los populares no le parecen suficientes. Incluso, el Ayuntamiento tiene dos sin abrir al público con cientos de plazas en barbecho. Todo un lujo para una ciudad que, según el nuevo Gobierno local, necesita más plazas. Los dos que aún están vírgenes se encuentran al norte con buenos accesos. Se trata del que está situado en el subsuelo del pabellón Príncipe de Asturias (hasta hace unos meses tenía alojado el servicio de la grúa municipal) y el que está en el edificio público de la calle Abenarabi (conocido coloquialmente como ‘el barco’ por su forma).

El de Abenarabi lleva años cerrado y posiblemente el Ayuntamiento tenga que pagar cerca de ocho millones si pierde el contencioso por la explotación fallida del aparcamiento, que cuenta con graves deficiencias La construcción de párquines nunca se le ha dado bien a los populares. Ya intentaron hacer uno en San Esteban y le salieron restos arqueológicos con el resultado que todo el mundo conoce (un gran agujero en el corazón de la ciudad abierto en canal desde hace lustros) y el que proyectaron junto al Jardín Chino fue desechado por la férrea oposición vecinal. En estos momentos, se están gestando varios movimientos ciudadanos que no consentirán que en sus barrios se dé más espacio al vehículo privado, una filosofía urbana que ha sido rechazada por las ciudades que han apostado de manera intensa por proyectos medioambientales alejados de la fascinación por la automoción. Es decir, la política de que entren coches al casco urbano está ya caduca y obsoleta y, en estos momentos, en cualquier urbe moderna que se precie la tendencia es al contrario, expulsar el coche de combustible fósil.

Los vecinos del Malecón han sido los primeros en saltar al ruedo y advertir al concejal de Movilidad que un aparcamiento subterráneo en esa zona vulneraría el BIC de la zona verde y el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Murcia, un detalle que no parece importar al Ayuntamiento acostumbrado a saltarse sus propias normas a la torera o practicar un urbanismo a la carta para empresarios que remodelan palacios señoriales en busca de negocio.

Ya se verá si el Gobierno local se replantea ese proyecto, al igual que los otros anunciados en la ciudad que contribuirán a agrandar los agujeros tóxicos de un municipio que, ahora más que nunca, debería apostar por el transporte público y hacer campaña para que los ciudadanos, sobre todo, los cochistas, abandonen el vehículo privado aprovechando las obras de movilidad, cuyos carriles bici son cada vez más utilizados por los VMP (Vehículos de Movilidad Personal).

Horadar más la ciudad es volver a la Murcia en blanco y negro, a la Murcia de los años cincuenta con calles llenas de tubos de escape... No se debe permitir. La capital debe caminar hacia la hermosa utopía, esa que se ve en el horizonte lejano si se piensa con perspectiva, con ‘pensamiento catedral’. El concejal de Movilidad debería leer el libro El buen antepasado. Cómo pensar a largo plazo en un mundo cortoplacista, del intelectual australiano Roman Krznaric. Seguro que aprende algo. Por nadie pase.

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'Murcia no necesita más párquines', por Lola García

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30.01.2024

Como un queso gruyer o gruyère de Los Alpes. Así parece que se encuentra el subsuelo de Murcia por la gran cantidad de aparcamientos que jalonan su territorio, una ciudad en la que el Ayuntamiento capitalino sigue empeñado en continuar con su política de destrucción del paisaje y del medio ambiente. Los párquines son eso: infraestructuras que hacen efecto llamada para que los ciudadanos entren con más coches, lo que conlleva, evidentemente, más polución, más ruido y más espacio consumido que se resta al disfrute de los ciudadanos.

El concejal de Movilidad, Gestión Económica y Contratación, José Francisco Muñoz, ha anunciado la licitación de cuatro nuevos aparcamientos subterráneos en el Malecón, la plaza Circular, Floridablanca (barrio del Carmen) y Jorge Palacios (Vistabella) para finales de 2024 e inicios de 2025, unos proyectos que darán alas a la Murcia cochista y que no solucionarán el problema de tráfico de una de las urbes más contaminadas de España.

Y no lo solucionará como tampoco lo han hecho........

© La Opinión de Murcia


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