Érase una vez, en otro tiempo, hubo una persona mayor, un anciano, un varón que protestó mucho porque en los bancos habían suprimido muchos servicios , todo lo confiaban a la digitalización, a las tarjetas, a la telebanca y no había forma de que atendieran personalmente.

Al fin la persona fue escuchada y se formó una comisión con personal del gobierno y los bancos. Y de pronto los bancos empezaron a ser más atentos y ponían personal para que atendieran hasta en los cajeros.

Pero aquello pasó, se olvidó ¿alguien lo recuerda? Normalmente todos, en varias ocasiones de nuestra vida, nos relacionamos con los bancos. Forman parte de nuestra existencia. A sus sedes acudimos personas mayores, sanas, enfermas, jóvenes, adultos, mujeres, varones. Cuando escuchas conversaciones sobre los bancos, percibes que las opiniones negativas, superan a las positivas. Se marcharon de los pueblos y cerraron las oficinas cuando les vino en gana, jubilaron a los empleados en edades tempranas cuando les convino, se fusionaron con otras entidades sin encomendarse a nadie, mirando sus intereses, suprimieron servicios directos, como recibir o entregar dinero porque les pareció bien. Dejaron de pagar intereses cuando les apeteció, empezaron a cobrar comisiones por mantener el dinero, por no movilizarlo, por hacer transferencias.

La prensa informó de que los bancos tienen ganancias millonarias de miles de millones. Pero ni caso, ni se inmutaron, ni toman nota en los parlamentos para legislar algo sobre estas entidades. Aquí en España, los grandes ahogaron las pequeñas cajas de ahorro rurales. El pez grande se comió a muchos chicos y engordó mucho.

Me he preguntado con frecuencia por qué aquí las cajas fueron absorbidas y en Alemania, por ejemplo, las Sparkasse cajas de ahorros están presentes y pujantes en todas las localidades. La respuesta fue que los políticos , los sindicatos y los partidos , las ahogaron, las contemplaron como suyas y las saquearon con préstamos sin devolución. Y ahí estamos .Las leyes no valen para ellos. Parece que existe una connivencia entre políticos, parlamentos y bancos.

Somos muchos los sorprendidos que por ejemplo, se obliga a los locales frecuentados por el público como bares, restaurantes, peluquerías, autoescuelas a tener dos aseos para los distintos géneros. Y hasta las iglesias van modernizándose en este sentido. Y sin embargo ahí están los bancos que no ofrecen un WC para clientes en apuros.Y a veces se constata que hay mucha gente dentro y esperan mucho tiempo en sus locales. ¿ Y me pregunto, porqué las leyes no contemplan que los bancos ofrezcan también estos servicios para los clientes?. Habitualmente sus espacios suelen ser mayores en superficie que otros que si están obligados.

Hemos vivido tiempos en los que los bancos hacían acto de presencia hasta en las cocinas de los particulares en los pueblos en horas fuera de los horarios laborales, tanto parea recibir como para entregar dinero en metálico. Llegaban directivos y empleados y se generaba un clima de confianza con las entidades bancarias.

Ahora se respira un recelo continuado. Recurres a los bancos por necesidad, pero siempre en situación de alerta para que no te ofrezcan y hasta te importunen con productos que ni quieres , ni entiendes.

Aquí valdría la exigencia como en periodismo. La información veraz, pero también completa. Te distraen con frases que aparecen sus pantallas, como "Ponemos en tus manos todo para ayudarte a crecer", "Tu y yo=nosotros", "Acompañamos tus sueños", "Haz realidad tus ilusiones". Palabrería pura. Y cuando lo que necesitamos es atención personalizada también en necesidades fisiológicas para entender y administrar nuestros dineros, encuentras funcionarios que solo piensan y actúan siguiendo directrices de arriba e intentando beneficiar a la entidad.

Tiempos aquellos en los que las cajas, por suerte todavía queda alguna que hace honor a sus trayectoria, estaban en las fiestas locales, en sus plazas, en sus actividades culturales y recreativas. Estaban donde estaban quienes les depositaban su ahorros. Y las personas confiábamos porque los teníamos cerca personalmente y localmente.

Hoy han huido, cultivan los grandes números, los grandes clientes con grandes obsequios y prebendas. A lo simples clientes nos quieren, pero a distancia, ni siquiera un aseo sanitario para que cuando acudimos desde los pueblos, no tengamos que importunar al del bar vecino, a la autoescuela o a otra entidad que no tiene por qué ofrecer un aseo.

QOSHE - Bancos - Donaciano Bartolomé
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Bancos

5 1
26.12.2023

Érase una vez, en otro tiempo, hubo una persona mayor, un anciano, un varón que protestó mucho porque en los bancos habían suprimido muchos servicios , todo lo confiaban a la digitalización, a las tarjetas, a la telebanca y no había forma de que atendieran personalmente.

Al fin la persona fue escuchada y se formó una comisión con personal del gobierno y los bancos. Y de pronto los bancos empezaron a ser más atentos y ponían personal para que atendieran hasta en los cajeros.

Pero aquello pasó, se olvidó ¿alguien lo recuerda? Normalmente todos, en varias ocasiones de nuestra vida, nos relacionamos con los bancos. Forman parte de nuestra existencia. A sus sedes acudimos personas mayores, sanas, enfermas, jóvenes, adultos, mujeres, varones. Cuando escuchas conversaciones sobre los bancos, percibes que las opiniones negativas, superan a las positivas. Se marcharon de los pueblos y cerraron las oficinas cuando les vino en gana, jubilaron a los empleados en edades tempranas cuando les convino, se fusionaron con otras entidades sin encomendarse a nadie, mirando sus intereses, suprimieron servicios directos, como........

© La Opinión de Zamora


Get it on Google Play