El escritor zamorano Juan Manuel de Prada, cuyo padre nació en Arquillinos y su madre en Aspariegos, nos ha brindado un ramillete de autores malditos o acallados, como Concha Espina, su hijo Víctor de la Serna, Rafael García Serrano, Concha Alós y Juan Antonio de Zunzunegui.

Con una prosa, que tiene ya el marchamo de un autor singular y reconocible, nos ofrece rasgos y anécdotas a veces ignoradas de escritores tan lúcidos como heterodoxos y por eso raros, que no solo admira, sino que incluso se identifica con muchos de ellos, en especial con el jesuita argentino Leonardo Castellani, degradado por sus superiores y zaherido por los ultracatólicos. Confiesa sin remilgos: "Si hoy no soy un escritor sistémico, ni un católico chirle al uso, se lo debo a este gran maldito, que con todos se peleó salvo con Dios… Y puede que conserve la fe gracias a su influjo benéfico".

Gracias a este hermanamiento con Castellani, Juan Manuel de Prada ha adoptado una actitud a contrapelo de corrientes literarias adversas desde que escribió su primera obra "Coños" en 1995. Tenía 25 años y se imprimieron cinco ediciones en dos años. Siguieron después ensayos, novelas, una de ellas merecedora del premio Planeta, además de artículos y programas en televisión. De su larga producción literaria, me quedo con "La vida invisible", y no porque me pidiera que la presentara en Zamora con el periodista y escritor Julio Valdeón, en junio de 2003, sino porque, además de ganar en 2003 el premio a la mejor novela de Primavera, explora magistralmente los laberintos de culpa y la redención.

Asegura en el Liminar o Preámbulo que el título del libro "Raros como yo" se lo sugirió el periodista Alfonso Armada cuando era director del suplemento cultural de ABC. Armada es también un raro en su sentido de poco común, inusual, excepcional, atípico, extraordinario, según algunos de los sinónimos que le atribuye la Real Academia Española. Entre otras rarezas, Armada llevó a cabo durante unas vacaciones de verano un viaje por carreteras secundarias. Le invité a detenerse en Pajares de la Lampreana y le ofrecí mi casa. Allí se alojó con su mujer Corina Arranz, choferesa y fotógrafa. Después de patear el término, contemplar algunas avutardas y cenar, escribió bajo el tenado del corral dos crónicas tituladas "El camino de las avutardas", una corta para la edición de papel y otra muy larga para la versión digital. Publicó esta en 1918 en el libro "Por carreteras secundarias".

La rareza de Armada tiene mucho que ver con un periodismo vocacional y poco usual en estos tiempos de corta y pega. La de Juan Manuel de Prada en ser un narrador prodigioso, no homologable con ningún otro escritor. Ha conseguido un estilo propio, obviando las frases hechas. Posee, además, un amplio vocabulario que maneja con habilidad de orfebre del lenguaje. Creo que seguirá vapuleado por los bienpensantes y que quizá por eso no se le ha propuesto aún para ocupar un sillón más que merecido en la Real Academia Española.

QOSHE - El "raro" Juan Manuel de Prada - Gerardo González Calvo
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El "raro" Juan Manuel de Prada

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11.01.2024

El escritor zamorano Juan Manuel de Prada, cuyo padre nació en Arquillinos y su madre en Aspariegos, nos ha brindado un ramillete de autores malditos o acallados, como Concha Espina, su hijo Víctor de la Serna, Rafael García Serrano, Concha Alós y Juan Antonio de Zunzunegui.

Con una prosa, que tiene ya el marchamo de un autor singular y reconocible, nos ofrece rasgos y anécdotas a veces ignoradas de escritores tan lúcidos como heterodoxos y por eso raros, que no solo admira, sino que incluso se identifica con muchos de ellos, en especial con el jesuita argentino Leonardo Castellani, degradado por sus superiores y zaherido por los ultracatólicos. Confiesa sin remilgos: "Si hoy no soy un escritor sistémico, ni un católico chirle al uso, se lo........

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