El fantasma de la despoblación no se ha ido. Ahí sigue, pegado a nuestra piel colectiva. Y como prueba, la última iniciativa del municipio de Fonfría, con sus ocho núcleos de población: "Objetivo 1001 vecinos. Llena tu pueblo de vida. Empadrónate", que así se llama. Un deseo tan explícito y rotundo que dice mucho más que esos sesudos informes e investigaciones que cuantifican la despoblación o, más bien, el éxodo rural sufrido durante las últimas siete décadas (sí, sí, sobre todo durante los años cincuenta y sesenta del siglo XX) en la mayoría de las localidades de Zamora y del resto de provincias que integran ese nuevo fenómeno que hemos bautizado con expresiones tan significativas: España vacía, España vaciada, España despoblada, España olvidada, España ninguneada, etcétera. Si Fonfría ha lanzado una campaña tan reveladora es, precisamente, porque los pueblos, sin personas, no son nada. Y los lugares no se repueblan simplemente con desearlo. "Que yo quiero que en la comarca de Sayago se asiente población", me decía hace unas semanas una buena amiga de la zona. Y yo le respondía que compartía sus buenos deseos, aunque algo habría que hacer para pasar de las palabras a los hechos. Porque esa es la clave: dejar de llorar y transformar los problemas en retos y, sobre todo, en nuevas oportunidades. ¿Que cómo se hace? ¡Ay, amigas y amigos, si yo lo supiera, ya me habrían dado el Premio Nobel de las Iniciativas Innovadoras en las Zonas Sin Futuro!

Pero esta realidad no solo la viven o padecen los responsables municipales. Por ejemplo, el obispo de Zamora, Fernando Valera, se refería el jueves, en el Club de La Opinión-El Correo de Zamora, a los mismos fenómenos, aunque desde una perspectiva religiosa. "Héroes", decía él, son los curas que tienen que atender a muchas parroquias. Y héroes son también quienes tienen que mantener la panadería, el bar, la explotación agrícola o ganadera, los servicios sociales y cualquier otro servicio público (colegios, consultorios médicos) en las zonas rurales y, de modo muy especial, en estos lugares que claman por un futuro como Dios manda. Del mismo modo que los responsables del Ayuntamiento de Zamora, que siguen reclamando el apoyo para convertir los terrenos, hoy en desuso, de la estación de trenes en un nuevo parque tecnológico. O como el ayuntamiento de Monfarracinos y la Junta de Castilla y León, que se han empeñado en poner en marcha un nuevo polígono industrial en ese enclave. Pero hay más iniciativas. Anoten en sus agendas el congreso "Ahora ilusión", que tendremos la ocasión de disfrutar los días 16 y 17 de febrero en el Teatro Ramos Carrión. Una propuesta muy innovadora sobre la que, en su momento, hablaré y escribiré con algo más de detalle. Pero por hoy es suficiente. Lo importante es que, si observan con atención, casi todos los deseos apuntan en la misma dirección: darle la vuelta a la tortilla de la despoblación en estas tierras. Casi nada.

QOSHE - 1001 vecinos - José Manuel Del Barrio
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1001 vecinos

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14.01.2024

El fantasma de la despoblación no se ha ido. Ahí sigue, pegado a nuestra piel colectiva. Y como prueba, la última iniciativa del municipio de Fonfría, con sus ocho núcleos de población: "Objetivo 1001 vecinos. Llena tu pueblo de vida. Empadrónate", que así se llama. Un deseo tan explícito y rotundo que dice mucho más que esos sesudos informes e investigaciones que cuantifican la despoblación o, más bien, el éxodo rural sufrido durante las últimas siete décadas (sí, sí, sobre todo durante los años cincuenta y sesenta del siglo XX) en la mayoría de las localidades de Zamora y del resto de provincias que integran ese nuevo fenómeno que hemos bautizado con expresiones tan significativas: España vacía, España vaciada, España........

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