Menos para los vallisoletanos y para algún castellano-leonés enterado, Óscar Puente era un desconocido hasta que subió a la tribuna del Congreso de los Diputados para dar réplica a Núñez Feijóo en la sesión de investidura del candidato popular. Ese día, muchos descubrieron a un político vehemente que acompañaba sus palabras duras con gestos, inflexiones de la voz y sarcasmos que hacían aun más recio sus discurso. Para la derecha, un faltón sin argumentos ni gracia. Para los socialistas y algunos más, un excelente parlamentario que dijo verdades como puños y desconcertó a PP, Vox y a los medios conservadores que esperaban que Feijóo tumbara a Sánchez en el debate. No hubo tal y, para estos sectores, Óscar Puente acabó siendo un villano que se prestó a un juego hasta entonces desconocido y sorprendente; nada menos que sustituir a su jefe de filas en una sesión tan importante y relevar, aunque fuera por unas horas, a Patxi López como voz del PSOE en la Cámara Baja. Óscar Puente dejó de ser un diputado anónimo para convertirse en una pieza de caza mayor o, para otros, en una referencia y en un escudo ante la leña que iba a recibir Pedro Sánchez.

El acontecimiento anterior y las reacciones que suscitó auguraban algo más. Se barruntaba que lo del exalcalde vallisoletano no iba a ser efímero. Y no lo fue. Unas semanas después, tras rumores y maledicencias, Óscar Puente recibió la cartera de Transportes y Movilidad Sostenible, un departamento "goloso" (hay, o tendría que haber, muchas inversiones), pero muy expuesto a críticas furibundas y a varapalos de todo tipo. Los españoles somos tan patriotas, tan preocupados por España, España, España, que juzgamos la labor de un ministro u otras autoridades solo si hacen algo en nuestra tierra; lo demás parece importarnos un pimiento morrón. Solemos echar las cuentas por provincias y hasta por comarcas, muchas veces sin entender (o sí, pero hay que tirar de victimismo) que para que el tren veloz llegue a Zamora tiene que pasar antes por Segovia y Valladolid.

Bajo esta perspectiva y dado el ambiente sereno, pacífico y de colaboración que reina en el país, a Puente no le han concedido ni los cien días de gracia. Ese plazo que tradicionalmente se otorgaba a cualquier gobierno o nuevo cargo para ver por dónde iba a tirar. Pues, no. A Puente le han llovido los palos incluso antes de tomar posesión. Y los más fuertes, desde Castilla y León. Como si obedecieran una orden superior (¿o sí?), la Junta, los consejeros, el PP regional, los provinciales, los diputados, los senadores, los alcaldes, los concejales, etc, etc se han lanzado a la yugular del ministro de Transportes. Han desempolvado el memorial de agravios (algunos ciertos, pero ya existían en tiempos de Rajoy y de Aznar) y han pedido, exigido, que se solucionen todos y todos a la vez y todos ya mismo. Ojalá sea así, pero tengo mis dudas.

¿Y si no ocurriera esto? Antes, la respuesta estaba en el viento. Ahora, no; ahora ya sabemos que será culpa de Óscar Puente, que, para el PP regional, ha pasado en solo unos días de villano a chollo. Un chollo con el que Mañueco y su gente aspiran no solo a desgastar a Sánchez, sino a ganar votos e influencia aquí. Y por pedir que no quede. La carta que ha enviado don Alfonso a don Pedro va en esa dirección y contempla algunas reivindicaciones que, si no fuera por la importancia del asunto, harían sonreír. ¿Ahora reivindica la Junta la reapertura del tren Ruta de la Plata?, ¿por qué no se lo pidieron a Aznar que aseguró, ¡en 1987!, que volvería Benavente en tren? (claro, como no ha vuelto desde entonces…¿Por qué no se lo exigieron a Rajoy? Tiene razón Mañueco en reclamar al Gobierno central que active lo de Monte la Reina, pero, en aras de la verdad, tendría que recordar que, gobernando Rajoy, los terrenos de Monte la Reina salieron a subasta. Menos mal que no pujó nadie. De lo contrario, ahora serían de propiedad privada y ni militares ni cuarteles ni esperanza de reapertura. Y qué comentar de la Zamora-frontera portuguesa, esa vía que va más despacio que San Patrás. Sí, es intolerable, pero ¿cuánto se avanzó con gobiernos del PP en La Moncloa? Tendrán que volver a manifestarse los alcaldes como en tiempos de Maíllo en la autovía a Benavente.

En fin, que Óscar Puente tendrá la culpa de todo, un chollo. Pero, ojo, porque éste suele devolver los golpes. Así que se barruntan leches por doquier. No es lo más recomendable, pero va ser así. Ya verán.

QOSHE - Óscar Puente: de villano a chollo - Luis Miguel De Dios
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Óscar Puente: de villano a chollo

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03.12.2023

Menos para los vallisoletanos y para algún castellano-leonés enterado, Óscar Puente era un desconocido hasta que subió a la tribuna del Congreso de los Diputados para dar réplica a Núñez Feijóo en la sesión de investidura del candidato popular. Ese día, muchos descubrieron a un político vehemente que acompañaba sus palabras duras con gestos, inflexiones de la voz y sarcasmos que hacían aun más recio sus discurso. Para la derecha, un faltón sin argumentos ni gracia. Para los socialistas y algunos más, un excelente parlamentario que dijo verdades como puños y desconcertó a PP, Vox y a los medios conservadores que esperaban que Feijóo tumbara a Sánchez en el debate. No hubo tal y, para estos sectores, Óscar Puente acabó siendo un villano que se prestó a un juego hasta entonces desconocido y sorprendente; nada menos que sustituir a su jefe de filas en una sesión tan importante y relevar, aunque fuera por unas horas, a Patxi López como voz del PSOE en la Cámara Baja. Óscar Puente dejó de ser un diputado anónimo para convertirse en una pieza de caza mayor o, para otros, en una referencia y en un escudo........

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