Hay una noticia local que no voy a llamar histórica porque es un adjetivo devaluado desde que les dio por calificar así un nuevo CAI o una gestión de 100 días, pero sí es una novedad estimulante para las mujeres de esta ciudad universitaria: la profesora Martha Liliana Marín Cano será la nueva rectora de la Universidad Católica de Manizales, y su nombramiento es extraordinario en el exacto sentido en el que el diccionario define esta palabra: algo fuera del orden o regla natural o común.
Supongo que muchos no conocen a la profesora Martha Liliana Marín. Yo tampoco. Leí que es magíster y doctora en educación y tiene una trayectoria docente de 44 años. Sé que no todas las mujeres tienen una agenda feminista y que los cargos directivos en cabeza de mujeres no garantizan por sí solos un avance en el cierre de brechas de género, pero sé también que la llegada de esta doctora a la rectoría de una universidad de esta ciudad es un hito singular.
¿Tanta alharaca por una mujer en una Rectoría? Pues sí, porque algo que podría ser normal ha sido inalcanzable hasta hoy para las que no somos monjas. La profesora Marín Cano es la primera persona laica que llega a la Rectoría de la Universidad Católica (sus antecesores fueron varias religiosas y un sacerdote) y el único antecedente similar ocurrió en mi universidad, la Universidad de Manizales, cuando la socióloga Blanca Libia Mejía Restrepo ocupó la Rectoría entre noviembre de 1980 y septiembre de 1981. En las demás universidades de esta ciudad universitaria las rectoras han sido seres mitológicos que se supone que pueden existir, pero hasta ahora nadie ha visto: ni en la Universidad Autónoma ni en la de Caldas ha habido rectoras nombradas en propiedad. Dolly Montoya, quien está por entregar su cargo, fue la primera rectora de la Universidad Nacional en Bogotá, pero en la sede Manizales la única mujer al frente ha sido la química Adela Londoño Carvajal, quien cubrió un encargo temporal por unos meses, entre 1995 y 1996.
Supe del nombramiento de la nueva rectora de la Católica cuando estaba sumergida en las páginas de “Dimensión de la angustia”, una novela publicada en 1952 por Fabiola Aguirre Suárez. La escritora nació en Manizales en 1915, se radicó en Bogotá cuando tenía siete años y allá, en 1946, se convirtió en una de las primeras graduadas en Derecho del Externado de Colombia.
El libro es una ficción a partir de su vida y detalla algo que hace unas décadas era extraordinario: una mujer en un aula universitaria. “Es la primera mujer casada que llega a la universidad”, le informan en una época en la que era común escuchar que “el estudio superior no es cosa para mujeres” y eso repercutía en su contra: “se comentaba desfavorablemente mi entrada a la Universidad (...) la virtud de una mujer casada sólo se conservaba pura, resguardada por las paredes del hogar”.
La novela narra la inseguridad de la protagonista al hablar en un salón lleno de hombres; las invitaciones de los profesores a abandonar sus estudios; las insinuaciones sexuales; los chismes sobre ella, como un supuesto consumo de morfina, y todo el hostigamiento que recibe una mujer que se atreve a pensar distinto. Años después de graduarse busca una plaza como catedrática, pero el rector le responde: “Usted misma no tardaría en sentirse fastidiada cuando sus alumnos comenzaran a faltar a la disciplina y se manejaran más como hombres curiosos que como estudiantes”.
Ocho décadas después el mundo universitario es distinto: hoy las estudiantes universitarias superan en número a los hombres y somos muchas las profesoras con maestría y doctorado que integramos grupos de investigación. Esto, no obstante, aún no se traduce en paridad en los cargos directivos. Que los Andes y Eafit tengan hoy rectoras mujeres no deja de ser excepcional: apenas el 23% de las universidades colombianas tienen mujeres al frente y en la reciente elección de rector de la Universidad Nacional hubo 10 candidatos hombres y ni una sola mujer.
Felicitaciones a la nueva rectora Martha Liliana Marín Cano. Ojalá allane la ruta para otras académicas.

QOSHE - Habemus rectora - Adriana Villegas Botero
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Habemus rectora

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21.04.2024

Hay una noticia local que no voy a llamar histórica porque es un adjetivo devaluado desde que les dio por calificar así un nuevo CAI o una gestión de 100 días, pero sí es una novedad estimulante para las mujeres de esta ciudad universitaria: la profesora Martha Liliana Marín Cano será la nueva rectora de la Universidad Católica de Manizales, y su nombramiento es extraordinario en el exacto sentido en el que el diccionario define esta palabra: algo fuera del orden o regla natural o común.
Supongo que muchos no conocen a la profesora Martha Liliana Marín. Yo tampoco. Leí que es magíster y doctora en educación y tiene una trayectoria docente de 44 años. Sé que no todas las mujeres tienen una agenda feminista y que los cargos directivos en cabeza de mujeres no garantizan por sí solos un avance en el cierre de brechas de género, pero sé también que la llegada de esta doctora a la rectoría de una universidad de esta ciudad es un hito singular.
¿Tanta alharaca por una mujer en una Rectoría? Pues sí, porque........

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