Entre todas las guerras libradas por Israel contra sus vecinos árabes y, en particular, palestinos, la presente iniciada como venganza a la incursión de Hamás en la madrugada del 7 de octubre, rompiendo su frontera, es la más grave, por el incierto fin del conflicto. En la llamada “guerra de los seis días” (1967), los judíos derrotaron a la triple alianza de Egipto, Jordania y Siria en los tres frentes, logrando ventajas territoriales y políticas que les permitieron forjar ese poderío militar hegemónico en la región. Ello posibilitó apagar sin dificultad sucesivas “intifadas” de resistencia a la ocupación de territorios que despojaron a los pobladores palestinos, sin calmar totalmente la indignación latente de los oriundos de la Cisjordania y más aún de los habitantes de Gaza, constituidos mayormente por refugiados victimas de la ocupación hebrea. Al presente, Israel confronta la aversión de Irán, enemigo clásico del Estado sionista, el Hezbollah libanés, las milicias islamistas en Siria e Irak y la milicia Huties en Yemen, todos ellos declarados en alerta roja por la invasión israelí a la franja de Gaza.

El derecho a la defensa pregonado por Tel Aviv es y ha sido desproporcionado y según el Secretario General de la ONU no ha respetado el derecho humanitario que rige en cualesquier pleito bélico, ocasionando miles de victimas fatales entre la población civil (a la fecha más de 10.000, de los cuales 4.100 niños)

Según la estrategia esgrimida por el Tsahal, el avance terrestre no se detendrá hasta no arrasar con toda la estructura militar de Hamás. Tarea difícil si se tiene en cuenta que los combatientes están escondidos en más de 300 kilómetros de corredores subterráneos (a más de 40 metros de profundidad) con salas, depósitos de víveres, de armamento, municiones, postas sanitarias, acopio de medicinas, etc. En breve, cuenta con todo lo necesario para resistir un asedio de varios meses.

Penetrar en aquellos túneles sería caer en trampas mortales para los militares israelíes, que además comprometería la vida de 241 rehenes capturados en el asalto del 7 de octubre.

Entretanto, el primer ministro Bibi Netanyahu es foco de múltiples criticas internas por su negligencia en la defensa de la seguridad del país y por su errada política de expansión de colonias judías en tierras palestinas con la intención de sabotear la idea de la creación de dos Estados que cohabitarían en ese territorio y que, de acuerdo con las potencias occidentales, continúa siendo la solución política al sempiterno pleito en el Medio Oriente.

El genocidio planificado con bombardeos incesantes a Gaza ha causado indignación mundial, como se demuestra en gigantescas manifestaciones de apoyo a la causa palestina y repudio a la agresión hebrea.

Bajo las bombas que estallan día y noche al norte de Gaza, en barrios residenciales sin respetar hospitales, escuelas ni iglesias, el asedio a Gaza priva a sus habitantes de agua, electricidad, alimentos, medicinas, etc. A ello se suma el corte de teléfonos y de internet, mas la prohibición de ingreso de corresponsales de la prensa extranjera.

La vida diaria de los dos millones de gazouies sin techo, ni cama, sin agua para beber o para el aseo, sin letrinas para orinar o defecar, es una tortura permanente si se añaden las operaciones sin anestesia para los heridos que colman los hospitales que carecen de implementos básicos.

Ni los pedidos de organismos internacionales, ni de mediadores amigables pueden obtener un alto el fuego, dejando a esa pobre gente a merced de las circunstancias, mitigadas por la asistencia humanitaria, siempre insuficiente.

Es un infierno horrendo que suma y sigue esparciendo sus miserias y salpicando odio antisemita por doquier en el planeta.

Carlos Antonio Carrasco es doctor en Ciencias Políticas y miembro de la Academia de Ciencias de Ultramar de Francia.

QOSHE - Gaza: El infierno más horrendo - Carlos Antonio Carrasco
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Gaza: El infierno más horrendo

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11.11.2023

Entre todas las guerras libradas por Israel contra sus vecinos árabes y, en particular, palestinos, la presente iniciada como venganza a la incursión de Hamás en la madrugada del 7 de octubre, rompiendo su frontera, es la más grave, por el incierto fin del conflicto. En la llamada “guerra de los seis días” (1967), los judíos derrotaron a la triple alianza de Egipto, Jordania y Siria en los tres frentes, logrando ventajas territoriales y políticas que les permitieron forjar ese poderío militar hegemónico en la región. Ello posibilitó apagar sin dificultad sucesivas “intifadas” de resistencia a la ocupación de territorios que despojaron a los pobladores palestinos, sin calmar totalmente la indignación latente de los oriundos de la Cisjordania y más aún de los habitantes de Gaza, constituidos mayormente por refugiados victimas de la ocupación hebrea. Al presente, Israel confronta la aversión de Irán, enemigo clásico del Estado sionista, el Hezbollah........

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