¿Cómo se define el valor del arte en el capitalismo global? Por mecanismos que se reúnen en la llamada Teoría Institucional del Arte (Arthur Danto y otros). Según esa teoría, el arte contemporáneo, histórico, plástico o conceptual, se entroniza por filtros institucionalizados, a saber: críticos, historiadores, marchantes, museos, bienales, casas de subastas, etc. Todo un tejido corporativo, monopolizado por occidente, y cooptado por grupos de poder que determinan el valor subjetivo y objetivo de cualquier objeto artístico.

Ese tejido corporativo es la vara que mide la aceptación o el rechazo de los artistas tanto del norte como del sur. Para entrar en ese mundo metalizado debes: hacer lobby con las personas adecuadas; estar en ferias o bienales; exponer en un museo de Madrid, París o Nueva York, entre otras genuflexiones. A pesar del mundo multipolar que comienza a consolidarse, occidente sigue controlando el sentido simbólico global. (Apunte para políticos: el arte, en la Batalla de Ideas, es profundamente importante).

Lea también: Sobre mis temas

En ese marco excluyente, las casas de subastas, como Christie’s, tienen la última palabra. Se cotizan lienzos o esculturas a precios exorbitantes. Los artistas reconocidos ofrecen algo irremplazable: la unicidad de la obra junto a valorizaciones sistémicas, ergo: un commodity tan apetecible como el oro. Y donde circula tanta plata existe corrupción de alto vuelo y guante blanco como en el caso del magnate ruso Dmitry Rybolovlev. Su marchante, Yves Bouvier, compraba obras con días de anticipación antes de mostrarle al ruso y a sus asesores. El embobado magnate pujaba por esas obras en remates o las compraba directamente pero por decenas de millones más que iban al bolsillo del marchante. Rybolovlev descubrió la trama e inició, a Bouvier y a Sotheby’s, un juicio calificado de histórico que se dilucida en estos días.

¿Y cómo vamos por aquí? Hace poco Ricardo Bajo hizo una crónica de una subasta de fin de año que desnudó nuestra provinciana institucionalidad artística. Pienso que estamos postrados por muchas razones, entre ellas: por la miseria material y estética de nuestros burgueses (rubios y morenos); por el no/me/importismo estatal; por la actual selección binaria y racializada del arte boliviano; por la falta de audacia creativa y mediocridad temática de los artistas; y por nuestra anacrónica academia local. Secuela: salvo excepciones, el artista boliviano está proscrito de las grandes ligas.

Pero, cavilando con ironía subversiva ¿será que esta inopia mantiene éticamente virginales a nuestros artistas, creando un arte superlativo en recónditas ciudades andinas, mientras esperan a que otro Picasso los visibilice?

(*) Carlos Villagómez es arquitecto

QOSHE - El mercado del arte - Carlos Villagómez
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

El mercado del arte

7 0
12.01.2024

¿Cómo se define el valor del arte en el capitalismo global? Por mecanismos que se reúnen en la llamada Teoría Institucional del Arte (Arthur Danto y otros). Según esa teoría, el arte contemporáneo, histórico, plástico o conceptual, se entroniza por filtros institucionalizados, a saber: críticos, historiadores, marchantes, museos, bienales, casas de subastas, etc. Todo un tejido corporativo, monopolizado por occidente, y cooptado por grupos de poder que determinan el valor subjetivo y objetivo de cualquier objeto artístico.

Ese tejido corporativo es la vara que mide la aceptación o el rechazo de los artistas tanto del norte como del sur. Para entrar en ese mundo metalizado debes: hacer lobby........

© La Razón


Get it on Google Play