Trataré —con pinzas— el tema de la raza, la identidad, las etnias desde el punto de la genómica; es decir, desde el desarrollo científico y no desde la especulación política o coloquial. La racialización del discurso cotidiano y político en nuestra sociedad se ha polarizado en extremo; por ello, van tres apuntes.

1) Solicitar estudios de identidad genética se ha vuelto una moda global. Empresas multinacionales ofrecen estudios completos de tu ascendencia (ancestría) genética y, colateralmente, los lazos de parentesco con otras personas de otras latitudes geográficas. En la medida que crecen los datos de estas empresas podrás encontrar parientes en latitudes inimaginables como Tanganica u Oceanía. Estos estudios científicos son una ayuda inconmensurable para personas que buscan a sus padres biológicos, o son también motivo para múltiples juicios o escándalos familiares, por una paternidad no respaldada científicamente. Es decir, es el catálogo más grande de la especie humana que va creciendo día a día; es el árbol genealógico universal que no da para especulaciones nobiliarias ni para blasones. Es ciencia pura.

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2) En algunos países latinoamericanos se llevan a cabo estos estudios, pero se acaba de anunciar el más grande de todos que reunirá a científicos de España y México en el llamado “Proyecto mestizaje, a 500 year chronicle”, de la Universidad de Burgos y expertos del INAH y la UNAM. Trabajarán varios años para desentrañar la marca genética, social y cultural, entre ambos países; será una investigación interdisciplinaria entre ciencia y sociedad, y desentrañarán las marcas genéticas naturales como también las huellas culturales. Un tema apasionante.

3) Dato 1: En algunos círculos paceños buscan “la pureza de sangre”, y piden estudios de identidad genética para vanagloriarse de “cero genética indígena”. Una verdadera bobería. Todos los grupos étnico/raciales continentales están mezclados en mayor o menor grado. La especie humana es, genéticamente hablando, 99,9% idéntica y los estudios científicos mencionados se enfocan al 0,1% restante, ergo: somos prácticamente iguales. Sin embargo, estas constataciones científicas se complejizan con la llamada coevolucion genético/cultural, una rama que estudia los fenómenos evolutivos resultados de la interacción de la genética natural y la cultural (en nuestro caso, ese 0,1% es un verdadero zafarrancho plurimulti). Dato 2: Para su conocimiento, tengo, a mucha honra, 66,6% de identidad genética aymara y quechua, mayoría científicamente comprobada.

Pregunta de cierre: ¿qué tipo de adaptación genética seremos con la interacción de la actual cultura tecnológica y la sempiterna práctica de la politiquería?

(*) Carlos Villagómez es arquitecto

QOSHE - Genoma - Carlos Villagómez
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Genoma

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08.03.2024

Trataré —con pinzas— el tema de la raza, la identidad, las etnias desde el punto de la genómica; es decir, desde el desarrollo científico y no desde la especulación política o coloquial. La racialización del discurso cotidiano y político en nuestra sociedad se ha polarizado en extremo; por ello, van tres apuntes.

1) Solicitar estudios de identidad genética se ha vuelto una moda global. Empresas multinacionales ofrecen estudios completos de tu ascendencia (ancestría) genética y, colateralmente, los lazos de parentesco con otras personas de otras latitudes geográficas. En la medida que crecen los datos de estas empresas podrás encontrar parientes en latitudes inimaginables como Tanganica u Oceanía.........

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