Voy a comenzar insistiendo en un texto: Nadie acabará con los libros de Eco y Carriére (2009), donde reflexionan sobre la posible desaparición del libro. Ellos aseguran que no desaparecerá. Lo que irá disminuyendo será el uso del papel. Cambiaremos el soporte papel, oneroso y depredador, por uno electrónico limpio y reutilizable. Por supuesto que en esa reflexión se debe incluir al papel que llega en enormes bobinas para las rotativas; porque todos, sin excepción, vivimos este tiempo líquido.

A finales del siglo XX estábamos anonadados por los cambios tecnológicos, pero no devastados como ahora por las novísimas inteligencias artificiales (IA), que anuncian desempleo y ocaso del gobierno humano de miles de años sobre la tierra. Con el advenimiento de las IA las profesiones, desde las más repetitivas hasta las más creativas, están con fecha de caducidad: novelistas, diseñadores gráficos, arquitectos, programadores, médicos etc. Dicen que los últimos en ser reemplazados serán los arqueólogos que con pinceles y paciencia infinita desentierran mamuts, vasijas o esqueletos. La manualidad de decisiones in situ será la última frontera que invadirá las IA.

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Y esta revolución tecnológica está haciendo estragos en la prensa escrita. Algo de ello mencioné, hace años, en una mesa con colegas columnistas que me escucharon displicentemente. Se acaba de cerrar otro periódico colega y es cuestión de tiempo para “que paren las rotativas” en el país si no se renueva la prensa escrita con otros contenidos y modalidades. El periodista/columnista actual está convencido de que continúa influenciando a los lectores con su teclado y su conocimiento, no se imagina que pronto le instalarán un chip multipropósito en el córtex cerebral.

Samia Benaissa Pedriza en Medios impresos versus digitales: de la agónica lectura de periódicos a los nuevos consumos de información digital (2019) describe esta crisis. Menciona factores concluyentes como La cultura de la gratuidad y la crisis del modelo de negocio, La desafección de los lectores y la crisis de contenidos, La asunción del nuevo modelo de cultura digital, entre otros temas cruciales. Acerca de esto último, pregunto: ¿la prensa escrita hace autocrítica sobre la pertinencia de sus contenidos? ¿Supone que la masa de lectores, que se ha fragmentado con la revolución tecnológica, se convence con cualquier interpretación sesgada de la noticia?

A pesar de todo, Samia Benaissa es optimista: “El asentamiento del nuevo modelo de cultura digital propio del nuevo milenio ha puesto a la prensa escrita en una encrucijada, que tiene ahora dos opciones: abandonarse lánguidamente a su suerte o resucitar renovada”.

(*) Carlos Villagómez es arquitecto

QOSHE - Los perversos nuevos tiempos - Carlos Villagómez
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Los perversos nuevos tiempos

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03.11.2023

Voy a comenzar insistiendo en un texto: Nadie acabará con los libros de Eco y Carriére (2009), donde reflexionan sobre la posible desaparición del libro. Ellos aseguran que no desaparecerá. Lo que irá disminuyendo será el uso del papel. Cambiaremos el soporte papel, oneroso y depredador, por uno electrónico limpio y reutilizable. Por supuesto que en esa reflexión se debe incluir al papel que llega en enormes bobinas para las rotativas; porque todos, sin excepción, vivimos este tiempo líquido.

A finales del siglo XX estábamos anonadados por los cambios tecnológicos, pero no devastados como ahora por las novísimas inteligencias artificiales (IA), que anuncian desempleo y ocaso del gobierno........

© La Razón


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