En el transcurso de la semana pasada se celebraron 15 años de la fundación del Estado plurinacional y, por enésima vez, se inauguró la festividad de Alasitas en Chuquiago Marka/Registrada. ¿Cuál es el motivo para que este columnista relacione ambos acontecimientos? Simplemente porque nada es casual en la vida ni en la muerte/suerte sin blanca. Invoco la figura del hombrecito con sombrero y bigote en estos días de crisis judicial, bloqueos de carreteras y una reyerta discursiva en las filas del partido de gobierno que condujo el proceso constituyente que parió, precisamente, la Constitución Política del Estado —Plurinacional— en 2009. También, y sobre todo, porque casi todos los actores estratégicos de la política, tanto en las filas del oficialismo y de la oposición, han perdido la talla, están chiquitos.

El aniversario en cuestión tiene que ver con la edificación de un modelo estatal que tiene varias novedades institucionales como el reconocimiento de derechos colectivos de los pueblos indígenas y de las naciones originarias, y la vigencia de la democracia intercultural, con la adopción del pluralismo en varias esferas y las autonomías territoriales en el nivel subnacional. Su avance es paulatino y enfrenta muchas barreras, por eso, en algunos libros hablé de la “construcción minimalista del Estado plurinacional”. Sigue y seguirá siendo así porque es un reto materializar sus principios en instituciones y políticas públicas, y también es un desafío consolidarlos en las ideas y creencias de la sociedad. Me refiero, por ejemplo y sobre todo, a la descolonización y a la despatriarcalización, metas que no pueden ser comprendidas por personajes bizarros como un expresidente (por sucesión constitucional, no por votación) que acostumbra escribir en rima pero k’aima y hace chistes opas, esta vez se refirió al “cumpleañero quinceañero”; o como otro expresidente (elegido por el parlamento puesto que salió tercero en las urnas con 18% de votos) que esgrime esa curiosa idea de “volver a la república” como si ésta hubiera desaparecido en el Estado plurinacional.

La festividad de Alasitas no es un invento del Papirri, también conocido como Manuel Monroy Chazarreta, aunque merece serlo. Es la fiesta de la abundancia en miniatura, el deseo de Vivir Bien por obra y gracia del Ekeko, un amuleto del don, de un intercambio sin condiciones, excepto el cumplimiento de unos ritos aplicados con k’oa, cerveza y tabaco para que se cumplan ciertos pedidos: morlacos en Bs y $us, maletas para viajes, certificados de estudios y hasta maridos gallitos. Es una fiesta muy propiamente andina pero siempre abierta a los intercambios comerciales en modo globalización, por eso, ahora, las miniaturas artesanales, las figuras religiosas y los ekekos se mezclan con dragones, sapos y elefantes made-in-China en una suerte de orientalización de las ofrendas. Es lo pluri(inter)nacional. Así funcionan las cosas. Por mi parte, compré 11 jugadores de plomo y ch’allé mi banderita celeste, puesto que Aurora jugará en la Copa Libertadores de América y tiene que tener suerte, esa ñata esquiva. También busqué figuritas de actores/as políticos/as para que fortalezcan los cimientos del Estado plurinacional, pero no tuve suerte. Entonces, le pedí a mi Ekeko que nos ayude a auscultar en los meandros de la política, en los caminos de la vida y en los misterios del corazón puesto que, como susurra Dante Uzquiano mientras suena la guitarra del Grillo Villegas: lo que fue, lo que es, lo que será. Porque, como sentenció René Zavaleta: Bolivia será india o no será. Es decir, plurinacional. Como las Alasitas.

Fernando Mayorga es sociólogo.

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Alasitas plurinacional

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28.01.2024

En el transcurso de la semana pasada se celebraron 15 años de la fundación del Estado plurinacional y, por enésima vez, se inauguró la festividad de Alasitas en Chuquiago Marka/Registrada. ¿Cuál es el motivo para que este columnista relacione ambos acontecimientos? Simplemente porque nada es casual en la vida ni en la muerte/suerte sin blanca. Invoco la figura del hombrecito con sombrero y bigote en estos días de crisis judicial, bloqueos de carreteras y una reyerta discursiva en las filas del partido de gobierno que condujo el proceso constituyente que parió, precisamente, la Constitución Política del Estado —Plurinacional— en 2009. También, y sobre todo, porque casi todos los actores estratégicos de la política, tanto en las filas del oficialismo y de la oposición, han perdido la talla, están chiquitos.

El aniversario en cuestión tiene que ver con la edificación de un modelo estatal que tiene varias........

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