La semana pasada, cerca de 15.000 mineros bloquearon el transporte público del centro de la ciudad de La Paz, exigiendo al Gobierno la adjudicación legal de nuevas áreas de explotación de oro. La ciudad fue sitiada por el despliegue de fuerza de los cooperativistas mineros, que marcharon sintiendo el abierto rechazo de la población urbana frente a su pliego de demandas. Y es que entre sus reclamos destaca la solicitud de adjudicación de licencias para la explotación de oro en áreas forestales y protegidas, exponiendo a la contaminación importantes fuentes de agua dulce.

La preocupación de la ciudadanía se expresó desde diversas voces inundando sobre todo las redes sociales. La presión de los mineros auríferos se vive con mayor intensidad en la frágil Amazonía, donde la vida de las comunidades enfrenta cambios acelerados no solo en el medio ambiente que habitan sino, sobre todo, en sus dinámicas sociales. Además de las dragas que de manera acelerada cambian el paisaje ecológico, el oro está asociado al mercurio, un metal tóxico que contamina las fuentes hídricas con un altísimo impacto para el ambiente y la salud humana.

El martes y miércoles pasados, como primera respuesta callejera a las movilizaciones mineras, los activistas en defensa del medio ambiente se autoconvocaron en una “Marcha por la Vida”, rechazando la pretensión de los cooperativistas mineros auríferos de ingresar a las áreas protegidas. La nutrida movilización, protagonizada sobre todo por jóvenes, concentró la protesta frente a la Vicepresidencia del Estado, demandando coherencia en las políticas públicas.

El vicepresidente David Choquehuanca es quien ha liderado la voz en torno al cuidado de la Madre Tierra y, por ello, fue allí donde los jóvenes dirigieron sus demandas en torno a la crisis ecológica. Solo unos días atrás, la autoridad se refería al problema en un encuentro de pueblos indígenas del oriente sosteniendo: “El mundo está en crisis, el aire está contaminado, nuestros ríos envenenados. La Pachamama está enferma”. Y fue por esto que los jóvenes, un grupo al que el Vicepresidente presta especial atención, dirigieron hacia él sus demandas.

En la actualidad, el oro bate récord de exportación y desplaza al gas en la balanza comercial de Bolivia. Esto evidencia que el problema es complejo. La explotación del oro tiene profundas implicaciones sociales por la importancia del sector aurífero en la generación de empleo, además de sus virtudes en su contribución al sector exportador. Como nunca, un conflicto concreto y cómo se resuelva ponen en tensión toda nuestra visión de un país que tiene en su horizonte el vivir bien, en armonía con la naturaleza.

Lourdes Montero es cientista social.

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Coherencia estatal ante demandas mineras

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12.11.2023

La semana pasada, cerca de 15.000 mineros bloquearon el transporte público del centro de la ciudad de La Paz, exigiendo al Gobierno la adjudicación legal de nuevas áreas de explotación de oro. La ciudad fue sitiada por el despliegue de fuerza de los cooperativistas mineros, que marcharon sintiendo el abierto rechazo de la población urbana frente a su pliego de demandas. Y es que entre sus reclamos destaca la solicitud de adjudicación de licencias para la explotación de oro en áreas forestales y protegidas, exponiendo a la contaminación importantes fuentes de agua dulce.

La preocupación de la ciudadanía se expresó desde diversas voces inundando sobre todo las redes sociales. La........

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